Anya Taylor-Joy reconoce que para tener éxito, se debe estar en el momento adecuado para lograrlo
Como una de las más nuevas estrellas de Hollywood, el éxito de Anya Taylor-Joy fue casi instantáneo desde que cautivó al mundo entero desde Netflix, con la serie Gambito de dama, con los pasos de una carrera que tiene mucho que ver con las mejores jugadas de ajedrez. Será por eso que acaparó los flashes de los fotógrafos cuando llegó al Festival Internacional de Cine de Venecia para el estreno mundial del thriller El misterio de Soho (Last Night in Soho), que pasó también por otros prestigiosos festivales en Toronto, Zúrich y Tokio.¿En qué cambió tu vida con la fama de Gambito de dama?Es muy extraño todo, pero lo que más me hace feliz es que amo cada trabajo nuevo que me toca. En cierto momento estuve preocupada por llegar a perder ese amor. Y no desapareció. Estoy agradecida de seguir conservando la misma pasión de siempre. ¿Hollywood es el sueño que imaginabas o hay momentos en que puede convertirse en una pesadilla?Bueno, no lo llamaría pesadilla, pero es como todo, hay partes buenas y partes malas, aunque siempre es posible encontrar gente excepcionalmente hermosa. ¿Tu perspectiva del éxito sigue siendo igual?No sé... me siento muy afortunada de haber trabajado en todo lo que hice hasta ahora. Y cada día que pasa me gusta más la actuación. Yo estoy aquí por el trabajo. El éxito es maravilloso, pero al final del día, lo que más me importa es levantarme y salir a trabajar con las mismas ganas de siempre. Y en ese sentido, me siento increíblemente privilegiada por la oportunidad de poder seguir trabajando. ¿Te das los mismos gustos que antes? ¿Cuál sería, por ejemplo, una salida perfecta, lejos de las cámaras?Cualquier cosa que tenga que ver con bailar en un ambiente saludable. No soporto esos lugares donde la gente está parada con un trago en la mano, mirándose sin hacer nada. Me vuelve loca. Me encanta salir a bailar, por ocho horas, sin parar. Ese es mi sueño. ¿Y el ajedrez?(Risas) Amo el ajedrez, aunque tuve que dejar un poco para tratar de aprender algo nuevo en los otros trabajos de cine que vengo haciendo. EL ORIGENAunque nació en Miami el 16 de abril de 1996 con el nombre de Anya Josephine Mrrie Taylor-Joy, sorprende por completo verla hablar un perfecto español con acento argentino. La explicación se torna mucho más fácil al saber que en aquel entonces los padres sólo estabande vacaciones por Estados Unidos. La familia vivió incluso en Buenos Aires, hasta que se mudaron a Londres, donde ella por un tiempo se negó a aprender el inglés, con la esperanza de volver a Argentina. Manteniendo la triple ciudadanía estadunidense-argentina-británica, es la primera en recordar que no se sentía cómoda en otro país donde no se hablaba el español. “Era demasiado inglesa para ser argentina y demasiado argentina para ser inglesa”. Ésa fue la gran razón por la que decidió dejar la escuela secundaria, por tantas burlas, con apenas 16 años. Pero la suerte estuvo de su parte cuando por un simple paseo por el famoso Harrods inglés la descubrió nada menos que Sarah Doukas, la fundadora de la agencia de modelos Storm Management. La actuación fue el siguiente paso, en la comedia Vampire Academy (aunque sus escenas quedaron afuera con la edición). En televisión apareció en las series Endeavour y Atlantis. Y en cine atrajo una mejor atención con sus enormes ojos cuando estrenó en el Festival de Sundance The Witch. Al año siguiente también se lució en el Festival Internacional de Cine de Toronto con la historia de un jovencito Barack Obama en Barry. Pero el primer verdadero éxito fue con el personaje de Casey Cooke en la producción de Fragmentado, y las secuelas de Cristal y El protegido. Pero claro, nada puede compararse con la inmediata popularidad que ganó con el Globo de Oro y la nominación al Emmy por Gambito de dama. Aquel personaje de Beth Harmon, como una prodigio del ajedrez tan dependiente de las drogas y el alcohol, se convirtió en la serie original de Netflix más vista del momento, con más de 60 millones de hogares. Mientras se prepara a estrenar en 2022 el thriller de vikingos The Northman con Nicole Kidman y Ethan Hawke, además de otra secreta producción de cine con Robert De Niro, Rami Malek y Christian Bale, Joy estrena El misterio de Soho.El punto en común entre Gambito de dama y tu personaje en El misterio de Soho es que ambas transcurren en la década del 60 ¿Hasta qué punto te identificas con esa época?Honestamente, el estilo de música que siempre me gustó es la música de los años 60. Y será por eso que me encantan tanto esos personajes, porque suelo hacer una lista de canciones, un playlist, para identificarme con mis personajes. Tu personaje en El misterio de Soho se parece también al de Gambito de dama como alguien que le cuesta encontrar su lugar y conseguir un sueño. ¿al principio de tu carrera sentiste ese estilo de presión o te sentiste incómoda en cierto lugar en particular?Supongo que todos pasamos por algo parecido en cierto punto de la vida, ya sea en la niñez con la escuela o en el ambiente de un nuevo trabajo. Me parece que es algo muy universal. Pero yo me conecto definitivamente con el hambre de mi personaje Sandy por querer ser parte de este mundo, porque yo no conocía a nadie en la industria del cine, aunque sabía que quería ser parte de este mundo y fui buscando mi propia forma de entrar. Siempre escuché esa frase, que para tener éxito se necesita estar en el lugar correcto, en el momento correcto. Y en la juventud uno piensa “no puedo hacer nada para estar en el lugar correcto, en el momento correcto”. Pero hoy siento que sí estoy en el lugar correcto, en el momento correcto. ¿Tu buen gusto por la moda también es algo que se destaca delante y detrás de cámaras? ¿ayuda en la actuación la moda de un buen vestuario?Siempre fui una apasionada por la moda. Me gusta vestirme bien. Y es lo que también me encanta de El misterio de Soho, por el vestuario brillante que diseñaron, con el estilo de los 60 que se destaca tanto. Honestamente, yo no sé quién es mi personaje hasta que me veo en el espejo y siento que tiene el vestuario correcto. Recién cuando me doy cuenta lo que elige esa persona para cubrir su cuerpo cada mañana, empiezo a entender mucho más a ese individuo, como si lo conociera por primera vez. Una vez que estoy con el peinado, el maquillaje y el vestuario de mi personaje, ahí sí puedo decir “Ah, así es esta persona” y recién ahí, siento que puedo hacer un buen trabajo.Con la dirección de Edgar Wright, en El misterio de Soho, Anya interpreta a la cantante principiante Sandie en un thriller sicológico que parece un verdadero sueño, cuando se encuentra con otra principiante diseñadora de moda que misteriosamente llega a la década del 60 desde... el futuro. Pero el glamour no es todo lo que parece y los sueños del pasado tienen que ver con algo mucho más oscuro de lo que aparenta. ¿La parte donde te tocó cantar fue tan fácil como la actuación?Soy de las que siempre cantan en la ducha, pero nunca arriba de un escenario. Y esa parte me daba pánico, aunque fue igual de emocionante. El director, Edgar Wright, también me apoyó muchísimo y al final nos divertimos mucho. Incluso, expandimos varios de los temas del cine, que en cierto punto apenas aparecen por 90 segundos. Y grabamos el resto en el álbum de la banda de sonido, para agregar versiones mucho más largas. ¿Y las coreografías? Teníamos un coreógrafo increíble llamado Jen White, que estuvo todo el tiempo con nosotros, porque la coreografía iba más allá de las secuencias de baile. Tenía que sentirse como un sueño, incluso en las escenas donde no bailaba. Todo estaba muy bien coreografiado, como las secuencias del espejo que están siempre en cámara. Fue muy complicado, pero muy divertido. Es lo más cool que me tocó hacer.