Sheinbaum aboga por austeridad y critica privilegios al interior de Morena
El tema de la austeridad en el gobierno volvió a tomar fuerza esta mañana durante la conferencia de prensa matutina; Claudia Sheinbaum, presidenta de México, dejó clara su postura frente a los recientes cuestionamientos sobre viajes de lujo realizados por algunos miembros de Morena
Con un llamado a la congruencia y la austeridad republicana, la mandataria Claudia Sheinbaum inició su discurso. Su mensaje, cargado de simbolismo, resonó en la sala repleta de asistentes. No se trató de un simple discurso político, sino de una firme advertencia a quienes, en su opinión, se han alejado de los principios fundamentales de la Cuarta Transformación.
Entre las medidas que la presidenta destacó para fortalecer la austeridad:
- La implementación de un programa de reducción de gastos en todas las dependencias gubernamentales.
- Un aumento en la transparencia en el manejo de recursos públicos, incluyendo un monitoreo exhaustivo de los gastos de viaje de los funcionarios.
- La promoción de una cultura de la responsabilidad fiscal, a través de campañas de concientización ciudadana.
Sheinbaum hizo un llamado a la unidad interna dentro de su partido, Morena, recalcando la importancia de mantener la cohesión ideológica. Su discurso, aunque sin nombrar a nadie directamente, dejó claro su descontento con las acciones de algunos miembros de su partido. La austeridad, argumentó, no es solo una política económica, sino un principio moral que debe guiar el actuar de todos los servidores públicos.
La mandataria enfatizó el compromiso de su gobierno con la justicia social y la equidad, subrayando que la reducción salarial de los funcionarios de alto nivel, incluyendo a los ministros de la Corte Suprema de Justicia, es un paso fundamental para lograr una sociedad más justa. "La justa medianía", afirmó, "debe ser la norma para todos los servidores públicos".
El impacto de estas declaraciones aún está por verse. Algunos observadores políticos interpretan el discurso como una estrategia para fortalecer su imagen pública de cara a futuras elecciones, mientras que otros lo ven como un intento genuino de restablecer el orden y la disciplina dentro del movimiento. Lo que es innegable es que el tema de la congruencia entre el discurso y la práctica continúa siendo un desafío para el gobierno actual.