Alerta sanitaria en México por el aumento del consumo de "droga zombie"

La Secretaría de Salud alerta sobre el aumento del uso peligroso de la “droga zombie” (xilacina) en el norte de México, vinculada a sobredosis y adulteración de drogas ilícitas

Alerta sanitaria en México por el aumento del consumo de "droga zombie"

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una alerta global sobre el creciente consumo de xilacina, un potente sedante veterinario conocido como la "droga zombie", que ha llegado a México con consecuencias alarmantes, especialmente en el norte del país. La Secretaría de Salud Federal ha confirmado un preocupante aumento en los casos de intoxicación, coincidiendo con los reportes internacionales sobre su peligrosa expansión.

La xilacina, utilizada legalmente como tranquilizante para animales grandes, produce en humanos efectos devastadores que van desde la euforia inicial y la sedación a la hipotensión, bradicardia, desorientación y depresión respiratoria severa. Su rápida metabolización (vida media de 23 a 50 minutos) conduce a la búsqueda compulsiva de dosis repetidas, incrementando exponencialmente el riesgo de sobredosis y muerte. La UNODC ha advertido sobre su peligrosa combinación con fentanilo, potenciando el riesgo de depresión respiratoria fatal.

Investigaciones recientes apuntan a una alarmante falta de control en la venta de xilacina en México. Un informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) denuncia la venta ilegal de xilacina y otros fármacos sin receta en farmacias, incluso a turistas, en el norte del país. El estudio revela que un porcentaje significativo de farmacias ofrecen estos medicamentos sin supervisión, incluyendo productos falsificados, extendiéndose el problema a la venta online a través de mercados ilegales y redes sociales.

La situación se agrava con la adulteración de drogas como la heroína y el fentanilo con xilacina, detectada en ciudades como Tijuana y Mexicali. Ante este panorama, la Secretaría de Salud ha instado a una mayor vigilancia y capacitación del personal médico para la correcta atención de casos de intoxicación, especialmente cuando la xilacina se combina con otras sustancias como opioides, benzodiacepinas o alcohol, consecuencias que pueden ser fatales llevando al paciente a un paro cardíaco o coma. El futuro requiere una estrategia integral para combatir esta amenaza creciente.