Aumentan los sismos en septiembre: ¿mito o realidad?
Los relojes marcaban las 6:04 de la mañana cuando los habitantes de Linares, Nuevo León, sintieron un leve pero perceptible movimiento bajo sus pies; el Servicio Sismológico Nacional (SSN) confirmó minutos después que se trató de un sismo de magnitud 3.7, con epicentro a apenas 72 km al suroeste de la ciudad
Un inusual enjambre sísmico sacudió las costas de Jalisco antes del amanecer. Cinco temblores, el mayor de magnitud 5.7, remecieron Cihuatlán entre las 4:16 y las 5:11 AM. Afortunadamente, Protección Civil estatal reportó una ausencia de daños significativos y percepciones generalizadas en la zona.
Este inusual inicio de jornada sísmica en México ha vuelto a encender el debate sobre la supuesta mayor frecuencia de terremotos en septiembre. Sin embargo, la realidad, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN), es mucho más compleja:
- Anualmente, México registra más de 15,000 sismos.
- La inmensa mayoría son de baja magnitud, imperceptible para la población.
- La ubicación de México sobre la convergencia de cinco placas tectónicas explica su alta actividad sísmica.
Investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM, como el Dr. Raúl Valenzuela Wong, señalan que la percepción de una mayor actividad sísmica en septiembre se debe principalmente a la memoria colectiva, marcada por los devastadores terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017. Estos eventos, aunque significativos, no reflejan una realidad estadística.
La historia sísmica de la Ciudad de México está repleta de eventos catastróficos ocurridos en otras fechas, como el terremoto del 28 de julio de 1957, que derribó parte del Ángel de la Independencia, o el del 14 de marzo de 1979, que causó severos daños a la Universidad Iberoamericana. La naturaleza, a diferencia de nuestra memoria, no se rige por calendarios; la prevención y la preparación sísmica, por otro lado, son una responsabilidad ineludible para todos los mexicanos. El futuro de nuestra seguridad depende de ello.