Despliegan 500 soldados y 600 mdp en Sinaloa contra la violencia
El aire en Sinaloa se ha vuelto más denso desde que las balas comenzaron a contar otra historia. Lo que inició como una operación relámpago contra el crimen organizado se transformó en un campo minado de violencia que no da tregua; las calles, antes bulliciosas de vida cotidiana, ahora guardan historias truncadas por cifras que escalan sin control
Una inversión federal histórica, 500 elementos adicionales de la Sedena y un despliegue de tecnología de punta: así busca el gobernador Rubén Rocha Moya frenar la ola de violencia que azota Sinaloa. El anuncio, realizado tras la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum, pinta un panorama de colaboración federal sin precedentes, pero la realidad en las calles es otra.
- 600 millones de pesos para fortalecer la vigilancia tecnológica.
- 100 vehículos blindados para reforzar las patrullas.
- Reuniones quincenales del Gabinete de Seguridad federal en Sinaloa.
La cifra de 1,386 homicidios dolosos entre agosto de 2024 y mayo de 2025 eclipsa cualquier promesa de seguridad. Octubre del año pasado, con 182 víctimas, marcó un punto de inflexión en la escalada de violencia. Estas estadísticas, extraídas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, son una cruda evidencia de una guerra sin cuartel.
Expertos habían advertido que la caída de Ismael "El Mayo" Zambada no significaría el fin de la violencia, sino una reconfiguración del mapa criminal. Hoy, la lucha entre Los Chapitos y los herederos del antiguo cártel se libra en las orillas del Río Humaya y las montañas sinaloenses, dejando un rastro de muerte a su paso.
Los 10,000 soldados desplegados desde septiembre luchan contra una marea incontenible. Si bien el gobernador Rocha destaca avances en la reducción del robo de vehículos, la proliferación de fosas clandestinas contradice sus afirmaciones. La población, sumida en el miedo y la incertidumbre, observa con recelo la llegada de más convoyes militares por la carretera 15, preguntándose si esta nueva estrategia será suficiente para devolver la paz a Sinaloa. El futuro, por ahora, permanece incierto.