México mantiene exportaciones de jitomate pese a presión arancelaria en EE.UU.

Mientras el sol apenas asomaba en los campos de Sinaloa, los tractores ya rugían entre los invernaderos; las manos que siembran, cultivan y cosechan el jitomate mexicano no se detienen, ni siquiera ante la sombra de los aranceles estadounidenses que entraron en vigor este lunes

México mantiene exportaciones de jitomate pese a presión arancelaria en EE.UU.

En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que “el flujo de exportaciones continuará, aunque con ajustes”. La declaración responde a la creciente tensión comercial con Estados Unidos, que importa el 54% de su jitomate desde México, según datos de la Secretaría de Agricultura.

Sinaloa lidera el envío de este producto con el 68% de las exportaciones nacionales. La temporada alta —de octubre a marzo— coincide con el invierno en EE.UU., cuando la producción local disminuye. Además, los invernaderos mexicanos rinden hasta tres veces más por hectárea que los campos abiertos de Florida.

Desde junio, el gabinete económico federal activó un plan de contingencia que incluye:

  • Revisión de costos logísticos con transportistas
  • Negociaciones directas con cadenas comerciales estadounidenses
  •  Fondos de garantía para productores medianos

“No estamos hablando solo de impuestos, sino de familias que llevan tres generaciones cultivando”, enfatizó el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, durante su visita a Culiacán, donde 12,000 hectáreas se tiñen de rojo esta temporada.

Especialistas advierten que un eventual arancel podría encarecer el jitomate entre 15% y 20% en supermercados como Walmart o Kroger. Sin embargo, consideran improbable una reducción significativa en los volúmenes importados: ningún otro país ofrece la combinación de cantidad, calidad y constancia que garantiza México.

Mientras continúan las mesas de negociación, miles de camiones refrigerados cruzan rumbo al norte. No sólo transportan vegetales: llevan consigo el sustento de 32,000 familias mexicanas que, por ahora, respiran aliviadas, aunque no confiadas.