Deserción escolar golpea con fuerza: solo 10 de cada 100 jóvenes en Chiapas terminan la universidad
Las aulas en México se están vaciando a un ritmo alarmante. Educación con Rumbo, una organización especializada en el análisis de políticas educativas, reveló datos crudos sobre el ciclo escolar 2024-2025: casi un millón de estudiantes abandonaron sus estudios antes de concluirlos; la cifra no solo es escandalosa por su magnitud, sino porque marca un incremento del 19.9% respecto al año anterior
La brecha educativa en México: un abismo que se profundiza
Una alarmante realidad se esconde detrás de las estadísticas: la deserción escolar en México sigue siendo un problema crítico, impactando profundamente la vida de miles de jóvenes y perpetuando las desigualdades sociales. El panorama, aunque muestra una leve disminución respecto a los picos de la pandemia, revela una falta de mejora estructural que exige una respuesta urgente e integral.
Los estados más afectados:
- Estado de México: con 120,265 deserciones, encabeza la lista de entidades con mayor número de estudiantes que abandonan sus estudios.
- Le siguen Chiapas (71,895) y Jalisco (69,494), reflejando la profunda desigualdad regional en acceso a la educación.
- En contraste, Quintana Roo y Tlaxcala reportan cifras significativamente menores, con menos de 12,000 casos cada uno.
La disparidad es aún más preocupante al analizar la culminación de estudios superiores. Mientras que en la Ciudad de México 46 de cada 100 estudiantes completan la universidad, en Chiapas apenas el 10% lo logra. Esta abismal diferencia ilustra cómo la falta de oportunidades educativas perpetúa el ciclo de la pobreza.
El impacto en las comunidades indígenas es particularmente devastador. Menos del 65% de los niños indígenas completa la primaria, y la secundaria se convierte en un lujo inaccesible para la mayoría. No se trata de desinterés, sino de una falta flagrante de recursos y oportunidades reales. Así lo afirma Patricia Ganem, coordinadora del Observatorio de la Educación, quien destaca la necesidad de políticas públicas efectivas que aborden las causas estructurales de este problema.
La falta de infraestructura escolar, la pobreza extrema y la migración forzada son solo algunos de los factores que contribuyen a esta crisis educativa. El sistema, en su estado actual, parece estar diseñado para filtrar a los más vulnerables, dejando atrás a una generación completa.
Yucatán ofrece un rayo de esperanza: con 2,163 estudiantes más que el ciclo anterior, demuestra que con políticas públicas focalizadas y bien dirigidas, es posible revertir esta tendencia negativa. Este éxito parcial, sin embargo, resalta la necesidad urgente de replicar estas estrategias a nivel nacional para asegurar que ningún niño o joven se vea privado de su derecho a la educación.
“La situación es crítica, pero no irreversible”, concluye Paulina Amozurrutia, coordinadora de la organización, haciendo un llamado a la acción inmediata para evitar que la brecha educativa continúe ensanchándose y condenando a generaciones futuras a la marginación y la pobreza.