México recrudece la guerra contra el robo de combustible

Con una estrategia de seguridad reforzada y un operativo de seis meses de duración, las autoridades mexicanas lograron un golpe contundente contra el robo de combustible, desarticulando una importante red criminal en el centro del país. La operación, que culminó con la detención de 32 individuos ligados al clan de Don Checo, representa un avance significativo en la lucha contra el huachicol, aunque el problema persiste y se ha diversificado.

El impacto económico del huachicol sigue siendo devastador. Pemex reportó pérdidas superiores a los 20,000 millones de pesos en 2024 debido al robo directo de combustible, mientras que el "huachicol fiscal", la evasión de impuestos en combustibles importados ilegalmente, podría representar pérdidas anuales superiores a los 177,000 millones de pesos. Esta situación pone en jaque las finanzas públicas y la estabilidad económica de México.

El secretario Omar García Harfuch, al frente del gabinete de seguridad, ha priorizado la lucha contra este delito, reforzando la estrategia con personal de confianza en áreas cruciales. Sin embargo, la problemática se ha sofisticado, incluyendo el contrabando y la falsificación de documentos para burlar los controles aduaneros. El reto para el gobierno actual es considerable, heredando una situación compleja que se remonta a administraciones pasadas.

Las raíces del problema se hunden en el pasado, con el crecimiento exponencial de las mafias del huachicol durante la administración de Enrique Peña Nieto, particularmente en regiones como el triángulo rojo de Puebla. La estrategia de "abrazos, no balazos" implementada entonces, si bien buscaba la conciliación, pareció facilitar el fortalecimiento de estas redes criminales, dejando un legado de violencia y corrupción que el gobierno actual lucha por erradicar. La batalla contra el huachicol está lejos de terminar, requiriendo un esfuerzo sostenido y una estrategia integral para lograr resultados duraderos.