EEUU registra pérdida de empleos tras racha histórica de crecimiento
El mercado laboral estadounidense acaba de romper una racha histórica bajo la sombra de la administración Trump; por primera vez desde la crisis pandémica, los números pintan un escenario que nadie en Wall Street esperaba: la creación de empleo no solo se estancó, sino que retrocedió
Un silencio sepulcral inundó Wall Street este viernes. No se trataba de un apagón, sino del eco ensordecedor de los datos oficiales de empleo: la economía estadounidense apenas generó 22,000 empleos no agrícolas en agosto, una cifra dramáticamente inferior a las expectativas.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) reveló un panorama desolador: las revisiones a la baja de meses anteriores muestran una pérdida neta de 13,000 empleos en junio, borrando así la tímida recuperación del mes anterior. Se rompe, por ende, una racha histórica de 53 meses consecutivos de crecimiento laboral, un hito que la administración anterior ostentó con orgullo.
El análisis de esta debacle económica apunta a un cóctel tóxico de factores:
- La guerra arancelaria global desatada por la administración anterior, que lejos de impulsar la manufactura local, ha perjudicado significativamente la economía.
- Una política migratoria restrictiva que ha dejado a numerosos sectores clave con una alarmante escasez de mano de obra.
- Un desplome en la contratación generalizada, con empresas anunciando más recortes que en cualquier otro momento desde 2020.
El dato más preocupante: por primera vez en cuatro años, el número de desempleados supera al de vacantes disponibles. La tasa de paro se elevó al 4.3%, su nivel más alto desde octubre de 2021. "Este no es un bache, es un cambio de paradigma", afirma un economista de Goldman Sachs, que prefiere mantener el anonimato.
Mientras la Reserva Federal se prepara para lo que se prevé será un recorte de tasas de interés este mes, la Casa Blanca insiste en que los datos "no reflejan la realidad del inminente auge económico". Sin embargo, los mercados reaccionaron con pánico: el índice S&P 500 cayó un 1.2% tras el anuncio, y los bonos a 10 años marcaron su mínimo en seis meses. La incertidumbre reina.
El futuro inmediato se presenta incierto. Lo que comenzó como un leve goteo de malas noticias en julio, se ha transformado en un torbellino que amenaza con desestabilizar la economía. Las próximas cifras de empleo serán cruciales para determinar si se trata de un simple tropiezo o el presagio de una recesión económica más profunda. El tiempo dirá si la administración actual podrá capear esta tormenta.