EEUU endurece requisitos de ciudadanía para residentes permanentes
El camino hacia la ciudadanía estadounidense podría volverse más empinado para millones de residentes permanentes. Una versión más rigurosa del examen de naturalización, que había sido descartada por la administración Biden en 2021, está en proceso de ser reinstaurada bajo el argumento de que la prueba actual "no refleja el conocimiento que el Congreso espera de los futuros ciudadanos"
Un cambio radical en el proceso de naturalización en Estados Unidos está generando una ola de controversia. La propuesta, que según fuentes internas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) se encuentra en sus etapas finales, endurecería significativamente los requisitos para obtener la ciudadanía.
- Examen cívico: Se propone un aumento sustancial en la dificultad del examen de civismo. Los solicitantes tendrían que responder correctamente 12 de 20 preguntas, en lugar de las 6 de 10 actuales, con un banco de preguntas expandido a 128 ítems, frente a los 100 actuales.
- Dominio del inglés: Se implementarán pruebas más rigurosas de comprensión lectora y escritura en inglés, demandando un nivel de fluidez superior al actual.
Organizaciones defensoras de los inmigrantes advierten sobre las consecuencias devastadoras de esta medida. "Este cambio erigirá una barrera infranqueable para muchos aspirantes a la ciudadanía", declaró Ana López, directora de la organización "Puentes a la Ciudadanía". Se teme una disminución drástica en las solicitudes, especialmente entre las poblaciones con bajos niveles educativos o con dificultades para dominar el idioma inglés. El bajo índice de finalización del proceso en 2024, donde solo el 9% de los 8.7 millones de elegibles completaron el trámite, según datos oficiales, refuerza estas preocupaciones.
El director del USCIS, Joseph Edlow, justifica la medida argumentando que el proceso actual es demasiado permisivo y que "facilita la obtención de la ciudadanía sin un verdadero entendimiento de los valores y principios americanos". Sin embargo, la propuesta ha sido criticada por grupos pro-inmigrantes que la califican como discriminatoria y recuerdan que una iniciativa similar fue rechazada hace cuatro años por su impacto negativo en comunidades vulnerables. La falta de transparencia en el proceso y la ausencia de un debate público amplio alimentan las protestas.
Aunque el USCIS aún no ha fijado una fecha para la implementación de este controvertido examen, la posibilidad de su anuncio inminente antes de fin de año ha generado alarma entre las comunidades inmigrantes. Esta iniciativa se suma a otras reformas migratorias propuestas por la administración, incluyendo ajustes a las visas H-1B y a las regulaciones para determinar si los solicitantes de residencia son considerados "cargas públicas". El futuro de la ciudadanía americana para millones pende de un hilo.