Maduro denuncia plan estadounidense para controlar el petróleo venezolano
Las aguas del Caribe se agitan nuevamente en medio de tensiones geopolíticas que podrían redefinir el equilibrio de poder en la región. Nicolás Maduro ha lanzado una serie de acusaciones contundentes contra Estados Unidos, revelando lo que él considera una estrategia encubierta para apoderarse de los recursos estratégicos de Venezuela
Un video difundido desde Washington, mostrando la supuesta neutralización de miembros del Tren de Aragua, encendió la mecha de una nueva crisis entre Venezuela y Estados Unidos. El ministro venezolano de Comunicación, Freddy Ñáñez, lo calificó inmediatamente como una manipulación con inteligencia artificial, intensificando la tensión entre ambas naciones.
La escalada comenzó con un discurso del mandatario venezolano, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV), donde alertó sobre una amenaza inminente a la soberanía nacional. "Ellos vienen por el petróleo venezolano, lo quieren gratis, por el gas", declaró, refiriéndose al despliegue militar estadounidense cerca de las costas venezolanas.
- Ocho buques de guerra
- 1.200 misiles de diverso alcance
- Un submarino nuclear
Maduro tildó la operación, según reportes oficiales, de "una amenaza extravagante, injustificable e inmoral", desmintiendo la versión estadounidense de una misión antidrogas. En sus palabras, el verdadero objetivo es socavar el proyecto político bolivariano: "Quieren acabar el ejemplo de lo que estamos haciendo".
El conflicto diplomático se agudizó con las acusaciones del presidente venezolano contra el secretario de Estado Marco Rubio, a quien vinculó con "la mafia de Miami", afirmando la existencia de un plan para "llenar las manos de sangre al presidente Donald Trump" a través de un posible conflicto armado.
Desde Washington, se mantiene la postura de que la operación militar busca combatir el narcotráfico; sin embargo, la contradicción de versiones y la acusación de manipulación del video con IA, han generado una profunda desconfianza. La controversia plantea serias interrogantes sobre la transparencia de las acciones de ambos gobiernos.
La creciente tensión entre ambos países, con sus acusaciones cruzadas y la retórica beligerante, genera una profunda preocupación entre los analistas regionales, que ven con alarma las implicaciones para la estabilidad de Venezuela y la seguridad energética del hemisferio occidental. El futuro inmediato permanece incierto, en medio de un preocupante juego de poder con recursos naturales estratégicos como moneda de cambio.