Gobernador de California plantea recortes a la atención médica para inmigrantes indocumentados

La situación fiscal de California está generando debates intensos. El estado, conocido por su liderazgo progresista, enfrenta un complejo panorama económico que obliga a tomar decisiones difíciles; las tensiones comerciales internacionales, la inestabilidad del mercado y las políticas federales han impactado significativamente sus finanzas

Gobernador de California plantea recortes a la atención médica para inmigrantes indocumentados

Un giro inesperado en la política de salud de California ha dejado a muchos sorprendidos. El gobernador Gavin Newsom, en un movimiento que ha generado controversia, ha propuesto cambios significativos al acceso a la atención médica para inmigrantes indocumentados, impactando directamente a aproximadamente 1.6 millones de personas.

A diferencia de lo que muchos esperaban, la propuesta no implica recortes inmediatos a la cobertura existente. En cambio, el plan del gobernador introduce una estrategia de dos fases: Primero, se establecerá una moratoria a nuevas inscripciones al programa Medi-Cal para inmigrantes indocumentados a partir de enero de 2026. Segundo, a partir de 2027, se implementará un pago mensual de $100 dólares como prima para aquellos inmigrantes ya inscritos. La propuesta enfatiza que “los niños indocumentados que aún no estén inscritos podrán seguir accediendo al programa”, garantizando la continuidad de la atención para los menores.

El impacto financiero proyectado es considerable: se estima un ahorro para el estado de cerca de $5,400 millones de dólares. Este ajuste se justifica en el contexto de un déficit estatal proyectado de $16,000 millones de dólares y del actual gasto de $8,500 millones de dólares anuales en la cobertura de salud de inmigrantes indocumentados. La medida, considerada por algunos como una respuesta pragmática a las dificultades presupuestarias, ha generado fuertes reacciones de diversos sectores de la sociedad.

La propuesta de Newsom, sin embargo, ha sido recibida con una mezcla de opiniones, especialmente por su aparente contradicción con la promesa inicial del gobernador de proporcionar atención médica universal. La compleja situación política, marcada por tensiones con el gobierno federal y la incertidumbre sobre el financiamiento futuro de Medicaid, añade un elemento de presión a la toma de decisiones. El debate sobre el futuro de la atención médica para esta población en California promete ser intenso en los próximos meses, con implicaciones de largo alcance para millones de residentes.