Muere el Papa Francisco
Las últimas horas en el Vaticano estuvieron marcadas por una inusual calma, un silencio que contrastaba con la habitual actividad del Estado más pequeño del mundo. Se respiraba una atmósfera de expectativa contenida, una quietud que precedía a un anuncio trascendental, aunque aún desconocido para la mayoría
Una inesperada calma invadió la Plaza de San Pedro. A las 7:35 hora de Roma, el silencio, roto solo por el susurro del viento, anunció el fin de una era. El fallecimiento del Papa Francisco, a sus 88 años, conmovió al mundo, dejando un vacío inmenso en el corazón de millones de fieles.
Su partida, tras una batalla silenciosa contra la enfermedad, culminó con una neumonía bilateral que se sumó a las complicaciones de salud que lo aquejaban desde hacía tiempo. La información, inicialmente reservada, se fue filtrando en las últimas semanas, creando una atmósfera de tensión palpable en El Vaticano.
El comunicado oficial, breve y lacónico, confirmó la gravedad de su situación: "Tras un periodo de sufrimiento, el Santo Padre ha fallecido pacíficamente." La concisión de las palabras contrastaba con la magnitud del evento, dejando espacio para la especulación y el recuerdo.
Más allá de las complejidades médicas, el legado de Francisco es innegable. Su pontificado, marcado por una audaz y a veces controvertida modernización, dejó una profunda huella en la Iglesia Católica:
- Un llamado a la inclusión y la compasión, desafiando las posturas tradicionalistas en temas como el matrimonio homosexual.
- La apertura a un debate sobre el papel de la mujer en la Iglesia, incluyendo la posibilidad de obispas mujeres.
- Una postura pastoral y comprensiva en temas complejos como el divorcio y el aborto, buscando el diálogo y la misericordia.
Su último día fue un epílogo silencioso, un encuentro discreto con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, reflejando la fragilidad de sus últimos momentos. El Papa Francisco se marcha, pero su influencia en la Iglesia Católica y en el mundo perdurará por generaciones, un legado que continuará siendo analizado y debatido durante décadas.
Desde su elección en 2013, sucediendo a Benedicto XVI, Francisco se caracterizó por su estilo pastoral y cercano, sus viajes a lugares poco convencionales en África y el este de Asia, y sus históricos encuentros interreligiosos con líderes como el patriarca Cirilo de Moscú y el patriarca Bartolomé I de Constantinopla, dejando un ejemplo de diálogo y entendimiento entre las diferentes confesiones.