Durazo impulsa en Sonora el futuro de la industria automotriz mexicana
El sonido de las herramientas aún resuena en Hermosillo. No es un prototipo para exhibir: es un camión hecho en Sonora para mover a México. Baterías locales, ingenieros locales, rutas nacionales: esto no se importa, se construye. La frontera ya no solo recibe: ahora envía.
Con el sonido de herramientas ajustando piezas y el olor a pintura fresca aún en el aire, el gobernador Alfonso Durazo Montaño encendió la chispa de una nueva era para Sonora: la fabricación de un vehículo eléctrico hecho en México, con alma sonorense y mirada global. En el Centro de Innovación Industrial para Sectores Estratégicos (CIISE) del Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH), no solo se presentó un prototipo —se lanzó una promesa.
Este no es otro proyecto más de transición energética. Es el primer paso de una cadena productiva que quiere reemplazar la dependencia de importaciones con piezas nacidas en el norte del país. El “Beyond Movilidad Compartida” (BMC), fruto de la alianza entre el gobierno estatal, el TecNM y Beyond Borders Automotive México, no solo busca mover gente: quiere mover la economía.
No se trata de hacer un auto bonito para exposiciones. Se trata de hacer un camión que cargue mercancía desde Nogales hasta Guadalajara sin una gota de gasolina. Que los talleres de Ciudad Obregón lo reparen, que las baterías se fabriquen en Empalme, que los ingenieros que lo diseñaron estudiaron aquí, en este mismo edificio. Esto no es un sueño. Es un plan con fechas, presupuesto y manos que ya están trabajando.
Detrás del show car que ahora descansa bajo luces de estudio hay una hoja de ruta clara: dos mil unidades en el primer año, hasta 18 mil al año en su pleno auge. Pero lo más valioso no está en los números. Está en la educación. El modelo de Educación Dual ya está en marcha: estudiantes del ITH no solo observan —ensamblan. Aprenden soldadura junto a técnicos de la industria, prueban sistemas de carga en laboratorios que antes solo conocían en libros, y se convierten en los primeros operadores de una industria que hasta ahora solo existía en los planos de Silicon Valley o Shanghái.
María Elena Gallego Lechuga, fundadora de Beyond Borders Automotive México, lo dijo con la calma de quien lleva años luchando por esto: “No queremos ser copia. Queremos ser referencia. Que un camión eléctrico hecho en Sonora sea el que llegue a los puertos de Tijuana, que lo vean en los centros logísticos de Monterrey, y que los mexicanos lo reconozcan como propio”. Su voz no sonó como la de una empresaria, sino como la de una hija de la frontera: orgullosa, práctica, sin florituras.
El gobernador Durazo, acompañado por autoridades académicas, empresariales y legislativas —entre ellas la senadora Lorenia Valles Sampedro y el presidente municipal de Cajeme, Javier Lamarque—, recorrió cada estación del prototipo, deteniéndose en los paneles solares integrados en la carrocería, en las baterías diseñadas para soportar las temperaturas del desierto, en los conectores que permiten recarga rápida en puntos de carga ya instalados en la carretera federal 15.
“Aquí no se inventa para impresionar. Se inventa para resolver”, dijo Durazo, mientras tocaba el chasis del vehículo. “Cuando un camión logístico en Nogales deja de usar diésel, no solo baja las emisiones. Baja el costo del transporte, el precio de los productos, y le da más dinero al comerciante de Hermosillo que vende en Arizona.”
El proyecto también abre puertas a proveedores locales: desde la fabricación de plásticos reciclados hasta la producción de cables de cobre, todo con estándares internacionales. Y no se trata de un programa aislado. Se enmarca dentro del Plan México y el Plan Sonora de Energías Sostenibles, pero con una diferencia clave: aquí no se espera a que llegue la inversión. Se crea el atractivo.
En las paredes del CIISE, aún se ven las huellas de los últimos ensayos: manchas de aceite, notas pegadas en los muros con fechas de pruebas, y un letrero pequeño que dice: “Primera unidad mexicana 100% eléctrica —hecha aquí”. Nadie lo dijo en voz alta, pero todos lo saben: esta no es solo la historia de un auto. Es la historia de cómo un estado que siempre ha sido puerta de entrada, ahora empieza a ser punto de salida.