La historia de Manuel, el vendedor de periódicos que convirtió la adversidad en fortaleza

A sus 70 años, tras una vida marcada por la poliomielitis y lesiones en las piernas, Manuel Torres sigue trabajando diariamente y envía un mensaje de ánimo a quienes enfrentan una condición similar

La historia de Manuel, el vendedor de periódicos que convirtió la adversidad en fortaleza

Manuel Torres García es un hombre de enorme resiliencia que ha sabido enfrentar las consecuencias de la poliomielitis desde su niñez. Hoy, a sus 70 años de edad, sigue trabajando en esta frontera como comerciante, vendedor de periódicos y otras mercancías en el crucero de la avenida Tecnológico y bulevar El Greco.

Desde la década de los noventa llegó a Nogales, Sonora, con el sueño americano. Logró cruzar a Estados Unidos y vivió en la ciudad de Tucson, Arizona, junto a su hermano, donde inició trabajando en la repartición de periódicos.

En un par de desafortunados accidentes resultó lesionado en sus piernas, debilitando aún más su condición, por lo que decidió salir de Arizona y regresar a Nogales, donde la gente siempre lo ha cobijado.

He tenido dos golpes en la pierna: uno fue con la defensa de un carro que me golpeó la espinilla y el otro con una llanta trasera que me agarró el talón. Esto fue en el trabajo cuando vivía en Tucson, donde estuve 18 años con mi hermano. Se puede decir que no me echaron, fue salida voluntaria, yo firmé, comentó Torres García.

Manuel recordó que empezó a trabajar con El Diario en 2008, y más tarde también con Nuevo Día. Sin embargo, tuvo problemas porque ambas empresas no le permitían vender los dos periódicos al mismo tiempo.

Aquí me pusieron los de El Diario, porque empecé a trabajar con ellos y me dieron este lugar. Después empecé con el Nuevo Día y ya vendía los dos, solo que tuve problemas porque el Nuevo Día no quería que vendiera El Diario y viceversa. Traían pique y no me dejaban ser, relató.

Para cumplir con sus clientes, quienes le compraban ambos periódicos diariamente, tuvo que ingeniar estrategias de venta. Aseguró que antes se vendía mucho periódico, situación que hoy lamenta, pues ya no es igual.

Sí vendía los dos, pero cuando pasaban los del Diario a checarme tenía que esconder el Nuevo Día, y cuando pasaban los del Nuevo Día tenía que esconder El Diario. Ahora vendo solo El Imparcial, porque ya no hay ningún otro periódico aquí, recordó.

Con el paso de los años, y a pesar de que mucha gente lo conoce, Manuel ha tenido que enfrentar problemas con otros vendedores que intentan quitarle su lugar. Sin embargo, aseguró que ha contado con el respaldo de los supervisores, ya que fue el primer vendedor en esa zona, lo que le ha permitido permanecer ahí. Actualmente vive en Rastro, en casa de su hermana.

Sí hay mucha gente que me apoya. Cuando no me ven aquí, luego andan preguntando por qué no he venido. Ya sea que me enferme o tenga cosas que hacer, me buscan. Inclusive me la paso más a gusto aquí que cuando vivía en Tucson, relató.

El entrevistado aseguró que se encuentra muy bien de salud y que, de no ser por el dolor en sus rodillas, está en condiciones para seguir trabajando. Piensa hacerlo hasta que Dios se lo permita.

Finalmente, envió un mensaje a la juventud y a todas las personas que enfrentan una condición especial como él.  

Que le echen ganas, que no se dobleguen, porque Dios los va a sacar adelante. Venimos a batallar, a trabajar y a sobresalir. Todo para adelante, concluyó.