Nogales moderniza su infraestructura de agua para asegurar suministro constante en toda la ciudad

En una jornada de anuncios clave para el futuro del agua en la frontera, el presidente municipal Juan Francisco Gim Nogales y el director del OOMAPAS, Leonardo Sandoval, presentaron este lunes avances concretos del proyecto Acuaferico, una iniciativa que, tras décadas de espera, empieza a materializarse con tanques, tuberías y pozos que prometen cambiar la vida de miles de nogalenses.

Nogales moderniza su infraestructura de agua para asegurar suministro constante en toda la ciudad

No se trata de promesas lejanas: lo que se ve hoy en los terrenos de Coahuila y Solidaridad es el primer paso de una red que ya no dejará a ninguna colonia sin agua.

Esto no es solo construir tanques. Es devolver dignidad a quienes por años tuvieron que esperar horas bajo el sol, con cubetas en mano, a que llegara el agua. Ya no vamos a seguir viviendo de la suerte del bombeo. Aquí se está construyendo seguridad hídrica, y eso se siente en la calle, no solo en los papeles.

Los dos nuevos tanques prefabricados —uno en la zona de Coahuila y otro en el corredor de Solidaridad— reemplazarán infraestructura obsoleta que, con más de sesenta años de servicio, ya no resistía ni la presión del verano ni la carga de la demanda. El tanque Coahuila 2, que colapsó por su estado crítico, fue demolido hace meses. Ahora, en su lugar, se levantará una estructura moderna, con capacidad para almacenar más de 10 mil metros cúbicos, lista para operar antes de que termine diciembre. “No vamos a esperar a que se quede sin agua otra vez la colonia para actuar. Ya no hay tiempo para postergar”, señaló Gim Nogales.

Con estos dos nuevos depósitos, junto a los dos en renovación y el ya operativo en San Miguel, la ciudad llegará a nueve tanques activos, cada uno con una vida útil de más de dos décadas. La meta es clara: cubrir el déficit diario de 20 mil metros cúbicos que se agudiza cada verano, cuando las temperaturas suben y la demanda se dispara. “Si llenamos estos tanques dos veces al día, ya no necesitamos depender de bombeos intermitentes. Tenemos el almacenamiento para mantener el flujo constante, incluso en los días más calurosos”, explicó Sandoval, con el mapa del sistema en la mano.

Antes, el agua llegaba como quien te da un vaso de agua en medio de una sequía. Hoy, estamos construyendo el grifo que nunca se va a cerrar. Eso es lo que quieren las familias: no tener que preocuparse si hoy sí o si mañana no.

Pero el proyecto no se queda en los tanques. Paralelamente, se instalan más de 12 kilómetros de nueva tubería, se reorganizan redes obsoletas y se integran por primera vez en el sistema los pozos de Solidaridad y el histórico “Chueco”, cuyas aguas subterráneas, limpias y abundantes, serán clave para equilibrar el suministro. Estas obras complementarias, que ya están en marcha, tendrán su impacto total a finales de 2025 o principios de 2026, cerrando el círculo de una red que, por primera vez en generaciones, abarcará toda la ciudad sin exclusiones.

Lo que antes era un plan archivado en cajas de cartón, ahora es una realidad que se construye con acero, cemento y la voz de quienes lo necesitan. “No se trata de hacer cosas grandes, sino de hacer lo necesario. Y lo necesario es que cada casa, cada escuela, cada centro de salud tenga agua todos los días. Sin excusas. Sin espera”, concluyó el alcalde, mientras miraba hacia el horizonte donde ya se levantan las primeras estructuras de los nuevos tanques, como faros de esperanza en medio del desierto.