La percepción de inseguridad en la Ciudad de México: un análisis de la discrepancia entre datos oficiales y la experiencia ciudadana
La percepción ciudadana sobre la inseguridad en México sigue siendo un termómetro incómodo para el gobierno de Claudia Sheinbaum; aunque las cifras oficiales insisten en mostrar avances—incautaciones récord de drogas, desmantelamiento de redes criminales y operativos contra capos—, la realidad que respira la gente en las calles parece pintar un cuadro distinto
La sombra de la inseguridad se cierne sobre México, a pesar de las cifras oficiales que pintan un panorama diferente. Mientras el gobierno destaca logros en la lucha contra el narcotráfico, la percepción ciudadana es otra. El sentir de la población, según una reciente encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio, refleja una profunda preocupación por la inseguridad, que se posiciona como el principal problema nacional para el 51% de los mexicanos, un incremento significativo respecto al 45% registrado en diciembre de 2024.
Esta discrepancia entre la percepción ciudadana y las estadísticas oficiales se evidencia en la experiencia cotidiana de los mexicanos. Si bien el 49% reconoce una mejora en la situación, los delitos que más impactan su vida –robos (23%), narcotráfico (12%) y homicidios (9%)– permanecen como una constante preocupante. Un vecino de Ecatepec resume el descontento generalizado: "Día a día nos dicen que caen capos, pero mi vecino fue asaltado a dos cuadras de su casa. ¿Dónde está la mejora?"
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ha utilizado las conferencias mañaneras para exhibir los avances en materia de seguridad, destacando logros como la destrucción de laboratorios clandestinos y la extradición de 29 cabecillas a Estados Unidos. Sin embargo, la presión externa, especialmente por parte de la administración Trump, empaña estos éxitos. La amenaza de aranceles del 30% a productos mexicanos por la falta de control en el flujo de fentanilo, de la que el 75% de los ciudadanos está al tanto, ha generado un debate nacional sobre cómo abordar esta compleja situación.
- 57% prefiere una solución negociada con EE.UU.
- 31% exige retaliación con aranceles similares
- 5% aceptaría las medidas sin protestar
La polémica se intensifica con la revelación de negociaciones entre autoridades estadounidenses y Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, una acción rechazada por el 58% de los mexicanos. La exigencia de transparencia por parte de Sheinbaum contrasta con las prácticas de colaboración entre el ejército mexicano y la DEA, generando cuestionamientos sobre la coherencia de la estrategia nacional. "No podemos criticar tratos con narcos cuando nuestro ejército patrulla junto a la DEA", señala un analista de seguridad, poniendo de manifiesto la complejidad del panorama.
La aparición de nuevos actores en el escenario criminal agrava la situación. La captura de 12 exmilitares colombianos implicados en la instalación de una mina antipersonal en Michoacán revela una preocupante realidad: el 52% de la población considera su presencia un problema grave, y el 45% responsabiliza al gobierno por no controlar su ingreso al país. A pesar de las cifras oficiales que reportan una reducción del 50% en el flujo de fentanilo, la sensación generalizada es que el narcotráfico muta y persiste, desafiando las estadísticas y dejando una profunda incertidumbre sobre el futuro de la seguridad en México.