Fitch mantiene alerta tras polémico rescate de Pemex por US$9,500 mdd
El rescate financiero más polémico del sexenio acaba de tomar forma; mientras los mercados internacionales ajustan sus pronósticos sobre Pemex, la administración federal desempolva un esquema que, más que un salvavidas, parece un acto de equilibrio entre la urgencia y el realismo económico
La volatilidad en la Bolsa Mexicana de Valores fue el reflejo inmediato de la conferencia de prensa ofrecida por Claudia Sheinbaum desde Palacio Nacional. Allí, la mandataria defendió la inyección de 9,500 millones de dólares a Pemex, justificándola como un mecanismo probado para proteger a la empresa estratégica. Sin embargo, la realidad financiera de la petrolera, pintada con números rojos, arroja serias dudas sobre la efectividad de esta medida.
El anuncio, que busca paliar los vencimientos de deuda a corto plazo mediante Notas Pre-Capitalizadas, llega en un contexto de crisis:
- Una deuda total de Pemex que asciende a 101,500 millones de dólares, equivalente al 8% del PIB nacional.
- Pérdidas por 43,329 millones de pesos durante el primer trimestre de 2025.
- Un flujo operativo negativo que se extiende por tercer año consecutivo.
La agencia calificadora Fitch Ratings, si bien mantuvo la calificación crediticia individual de Pemex en 'ccc-' –un nivel considerado "altamente especulativo"–, colocó sus calificaciones en observación positiva. Una señal ambivalente que deja abierta la puerta a interpretaciones contrapuestas.
El impacto en los mercados energéticos fue inmediato. La coincidencia del anuncio con la caída de los precios internacionales del crudo profundiza la incertidumbre. Cada dólar destinado al rescate de Pemex se traduce en un 0.37% menos para el gasto social previsto para este año fiscal, una realidad que no se puede ignorar.
Fuentes financieras revelan que esta es la quinta intervención gubernamental de este tipo desde 2020. La diferencia reside en la urgencia: el 72% de los bonos de Pemex vencen antes del final del actual mandato presidencial, según información a la que tuvo acceso este medio.
El cierre de la jornada bursátil mostró una Bolsa Mexicana de Valores conmocionada. La división entre los grandes fondos de inversión es palpable: unos apuestan por la capacidad del gobierno para respaldar a la petrolera, mientras otros anticipan un inminente punto de quiebre. El futuro de Pemex, y su impacto en la economía mexicana, permanece incierto.