Sheinbaum explica el cierre de museos en CDMX
La Ciudad de México, vibrante y llena de historia, experimentó un silencio inusual estos días. Muchos capitalinos se encontraron con puertas cerradas en lugares emblemáticos, generando una ola de preguntas e incertidumbre en redes sociales; ¿Qué pasó? La respuesta, aunque sorpresiva, es un ejemplo de los desafíos en la administración pública
Un silencio inusual envolvió a los recintos culturales más emblemáticos de México. El Museo Nacional de Antropología, el majestuoso Templo Mayor, y decenas de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) amanecieron con sus puertas cerradas, generando incertidumbre entre visitantes y expertos.
La razón, según se reveló posteriormente, radicaba en un problema administrativo: un retraso en la licitación para el servicio de seguridad. Más de 50 museos, 30 en la Ciudad de México y 26 en otras entidades federativas, se vieron afectados por la falta de adjudicación oportuna a empresas que cumplieran con los estándares de seguridad requeridos. El INAH emitió un comunicado explicando que las empresas inicialmente seleccionadas no contaban con la capacitación ni el personal suficiente para proteger el invaluable patrimonio cultural bajo su custodia.
La licitación, lanzada el 30 de mayo con fecha de inicio de servicios el 1 de junio, se vio frenada por estas deficiencias. La ausencia de un esquema de seguridad adecuado obligó al cierre preventivo como medida cautelar, mientras la Policía Auxiliar asumía la vigilancia provisional de los recintos. El comunicado del INAH destacaba la urgencia de garantizar la protección de las colecciones ante la falta de contratistas confiables.
La celeridad en la resolución del conflicto fue el punto álgido de la situación. A pesar del cierre inesperado, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció en su conferencia matutina la reapertura de los museos, destacando la pronta acción tomada en colaboración con el director del INAH, Diego Prieto Hernández. Si bien se restableció la normalidad con rapidez, el incidente puso de manifiesto la necesidad de optimizar los procesos de licitación pública para evitar futuros inconvenientes que puedan afectar la accesibilidad y protección del patrimonio cultural mexicano, un tesoro invaluable para el país.
