Descuentos a maestros de la CNTE en paro: decisión estatal, dice Sheinbaum
Las aulas mexicanas presentan un panorama complejo; millones de estudiantes se ven afectados por un evento que impacta directamente su educación, generando incertidumbre entre padres de familia y autoridades educativas
Un millón doscientos mil estudiantes de educación básica permanecen sin clases debido al paro nacional de la CNTE, iniciado el 15 de mayo. Esta cifra, según datos de la SEP, representa una considerable interrupción del calendario escolar, con Oaxaca sufriendo el mayor impacto, aproximadamente 800,000 alumnos afectados. La falta de claridad en las cifras oficiales, sin embargo, genera interrogantes sobre la verdadera magnitud del problema.
La respuesta del gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido matizada. Si bien se descarta la represión, la posibilidad de descuentos salariales para los docentes en paro se deja a criterio de cada estado, desatando un debate sobre el balance entre el derecho a la protesta y la responsabilidad de garantizar la educación pública. Esta ambigüedad en la respuesta gubernamental ha exacerbado la tensión.
La discrepancia entre el reporte de asistencia escolar del 92.1% de la SEP y otras estimaciones, incluyendo las del INEGI, que sugieren una matrícula nacional significativamente mayor, plantea serias dudas sobre la transparencia y la precisión de los datos oficiales. Esta discrepancia deja una brecha de casi tres millones de alumnos sin contar en las estadísticas oficiales, generando un profundo desconcierto.
Las demandas de la CNTE, que incluyen la derogación de la Ley del ISSSTE de 2007, un aumento salarial del 100% y la reinstalación de trabajadores despedidos, son consideradas por el gobierno como excesivas e irrealizables. El plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, con la participación de maestros de todo el país, subraya la determinación de la CNTE y la complejidad de la negociación.
El paro no se limita a las aulas. La CNTE ha desplegado acciones de presión en la Ciudad de México, con bloqueos en dependencias gubernamentales y medios de comunicación, mostrando la capacidad de movilización del sindicato y la intensidad de su lucha por alcanzar sus objetivos. La presión social aumenta a medida que el conflicto se prolonga.
El futuro del sistema educativo mexicano pende de un hilo, mientras las negociaciones entre el gobierno y la CNTE permanecen estancadas y el impacto del paro se siente con fuerza en todo el país, generando incertidumbre y malestar.
