La crisis de los albergues migrantes de Tijuana: falta de fondos pone en riesgo su funcionamiento

La situación económica en México es un tema complejo, con repercusiones en diversos sectores; un ejemplo de ello se refleja en la vida cotidiana de miles de personas, incluso en áreas que parecen distantes de la política nacional

La crisis de los albergues migrantes de Tijuana: falta de fondos pone en riesgo su funcionamiento

La crisis en los albergues para migrantes de Tijuana se profundiza, amenazando con dejar a cientos de personas sin refugio y asistencia. El impacto se siente con mayor fuerza en el albergue Espacio Migrante, donde la responsable financiera, Sarah Soto, relata una situación desesperada.

La disminución de fondos provenientes de Estados Unidos, atribuida por Soto a presiones de la anterior administración, ha dejado a los albergues al borde del colapso. “La administración Trump, afirma Soto, intimidó a nuestros donantes en Estados Unidos, amenazando con revocar su estatus de organizaciones sin fines de lucro.” Esta situación, combinada con los recortes presupuestales del gobierno mexicano anterior, ha creado una crisis financiera sin precedentes.

Con la nueva administración en México, la esperanza de un apoyo financiero mayor aún es incierta. Claudia Sheinbaum, la actual presidenta, todavía no ha definido una estrategia para apoyar a estos albergues, dejando a instituciones como la Casa del Migrante, la más antigua de la ciudad, luchando por su supervivencia. La falta de recursos ha obligado a implementar recortes de servicios y personal, comprometiendo la calidad de la asistencia ofrecida a los migrantes.

La eliminación del apoyo del USAID, bajo la administración Trump, ha profundizado la crisis. Esta agencia era un pilar fundamental en la financiación de estos albergues, y su ausencia se siente con enorme peso.

Aunque el flujo migratorio ha disminuido, la precariedad financiera de los albergues persiste. Una iniciativa del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que ofrece 1,000 dólares a los migrantes indocumentados que se autodeportan, ha generado sospechas en Sarah Soto. “Nos preocupa esta nueva política, comenta Soto, parece una estrategia extraña, poco transparente.” A pesar de los avisos oficiales para la autodeportación, la falta de claridad alrededor de esta iniciativa acrecienta la incertidumbre.

El futuro de estos albergues, y por ende, el de los migrantes que dependen de ellos, permanece incierto. La falta de financiación amenaza con dejar sin recursos a quienes buscan refugio y apoyo en Tijuana, generando una crisis humanitaria silenciosa pero latente.