Ataques israelíes en Damasco dejan 13 heridos y agravan la tensión en Siria
Las calles de Damasco amanecieron envueltas en humo y caos este miércoles, luego de una serie de ataques aéreos israelíes que impactaron zonas estratégicas de la capital siria; según testigos, los bombardeos alcanzaron las inmediaciones del Ministerio de Defensa y áreas cercanas al palacio presidencial, dejando al menos 13 heridos, según reportes preliminares del gobierno sirio
Columnas de humo negro se elevaron sobre Damasco, mientras el estruendo de las explosiones sacudía la ciudad. "Sentíamos la tierra temblar bajo nuestros pies", susurró una mujer, su voz entrecortada por el miedo, mientras se aferraba a su hijo. Las fuerzas israelíes lanzaron una serie de ataques aéreos, justificados como una medida de protección para la comunidad drusa en el sur de Siria, afectada por violentos enfrentamientos entre milicias locales, tribus beduinas y el gobierno sirio.
La respuesta de Israel fue inmediata y contundente. El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró: "No permitiremos que se ataque a nuestra gente. Actuaremos con firmeza hasta que la amenaza sea neutralizada". Esta escalada militar ocurre en un momento de frágil equilibrio, ya que el gobierno interino de Ahmed al-Sharaa, a pesar de las críticas de Israel por sus vínculos con grupos islamistas, había mostrado una inusual apertura en temas de seguridad con Tel Aviv y Washington.
- El saldo mortal: Se estima que entre 169 y 300 personas han muerto en Sweida, según reportes de organizaciones de derechos humanos, aunque la cifra aún no ha sido verificada de forma independiente.
- Solidaridad transfronteriza: Decenas de drusos israelíes han cruzado la frontera hacia Siria para unirse a sus correligionarios, en un gesto de apoyo ante la violencia, según testigos de Reuters.
- La comunidad internacional observa: Estados Unidos, a través de su enviado Tom Barrack, ha pedido el cese inmediato de la violencia y un diálogo entre las partes en conflicto.
Desde Sweida llegan relatos desgarradores. "Es un infierno", dijo un hombre a través de una llamada telefónica entrecortada por las explosiones. "Hay muertos en las calles. Los niños están aterrorizados". El gobierno sirio culpa a "bandas ilegales" por los enfrentamientos, mientras que líderes drusos denuncian ataques sistemáticos por parte de las fuerzas gubernamentales.
Las imágenes de los edificios gubernamentales de Damasco, parcialmente destruidos, reflejan la crudeza del conflicto. Mientras la artillería sigue retumbando, la preocupación crece por las minorías atrapadas en el fuego cruzado, promesas incumplidas y la pasividad de la comunidad internacional, que observa con incertidumbre el recrudecimiento de la violencia.