Errores del Seguro Social dejan a millones con deudas impagables e incertidumbre financiera

La Administración del Seguro Social (SSA) está en el centro de la controversia por errores administrativos que han generado deudas millonarias para miles de beneficiarios. Cada año, aproximadamente dos millones de personas reciben cartas exigiendo la devolución de pagos supuestamente en exceso, incluso cuando los beneficiarios no tienen culpa alguna en los fallos cometidos por la agencia.

Un caso particularmente alarmante es el de Steven y Becky Sword, una pareja de Chicago que fue notificada de una deuda superior a los 50,000 dólares. Pese a haber entregado la documentación sobre sus ingresos, la SSA los responsabilizó por no reportar adecuadamente, aunque luego reconoció problemas internos derivados de la pandemia y la falta de personal. Sin embargo, no ofreció disculpas ni opciones reales de solución.

Expertos advierten que esta política —en la que los errores de la agencia son trasladados a los ciudadanos— tiene efectos devastadores, especialmente en jubilados y personas con discapacidad. La ausencia de un plazo límite para exigir devoluciones y el retraso en la modernización de sistemas agravan la situación, ya que muchos sobrepagos tardan años en ser detectados.

En lugar de corregir estos problemas, la SSA ha intensificado la recuperación de fondos mediante reducciones drásticas en los pagos mensuales, dejando a miles con ingresos muy por debajo del mínimo vital. Solo aquellos que demuestren una indigencia extrema pueden aspirar a algún alivio.

Mientras el Congreso y organismos de control recomiendan reformas, la agencia se mantiene firme en su política de cobros, obligando a personas como Roy Farmer y Jean Rodriguez a enfrentar batallas legales extensas, costosas y, a menudo, sin documentación clara. El problema revela una crisis estructural que amenaza la estabilidad económica de millones de estadounidenses que dependen del sistema.