Península Ibérica y parte de Francia sufren apagón masivo
Imaginen por un momento: el reloj marca las 11:33 a.m. una mañana aparentemente normal en la península Ibérica. De repente, un silencio inquietante se apodera de todo; el zumbido constante de la ciudad, la energía que impulsa la vida moderna, desaparece
Un silencio sepulcral, roto solo por el zumbido esporádico de un generador, cayó sobre la Península Ibérica. A las 11:33 a.m. hora local (6:33 a.m. ET) del lunes 28 de abril de 2025, la oscuridad se cernía sobre España, Portugal y partes de Francia, tras un apagón masivo sin precedentes que paralizó a millones. La Red Eléctrica Nacional de Portugal (REN) confirmó la falla catastrófica, desencadenando una reacción en cadena de incertidumbre y caos.
La Red Eléctrica de España, inicialmente, ofreció una estimación de seis a diez horas para el restablecimiento del suministro. “Estamos trabajando incansablemente para restablecer el servicio lo antes posible, pero la magnitud del fallo es considerable,” declaró Eduardo Prieto, director de servicios de operación del sistema de Red Eléctrica, en una declaración emitida por videoconferencia debido a la falta de energía. Esta falta de información precisa, en contraste con estimaciones anteriores, incrementó la ansiedad de la población.
La respuesta gubernamental fue inmediata. En Portugal, se activó el plan nacional de emergencia, con el primer ministro encabezando las acciones desde el puesto de mando central. En España, una reunión de emergencia del Consejo de Ministros se extendió hasta altas horas de la noche, mientras la ciudadanía se enfrentaba a la crisis con resiliencia. Mientras tanto, el Centro Nacional de Ciberseguridad de Portugal descartaba un ciberataque como causante del apagón, aunque las investigaciones aún están en curso.
En las calles de Madrid, el alcalde José Luis Martínez-Almeida Navasqüés, mediante un mensaje difundido por redes sociales, instó a la calma y a la colaboración ciudadana. El colapso del transporte público, con el metro completamente paralizado, generó escenas de congestión en las principales vías. El testimonio de una ciudadana, Ana García, a la agencia EFE, describió el caos en la capital española: "La gente caminaba por la calle como hormigas, con sus teléfonos móviles como únicas luces en la oscuridad."
El impacto en el tejido económico fue devastador. Las operaciones en los aeropuertos españoles se vieron gravemente afectadas, con cientos de vuelos cancelados o retrasados. El aeropuerto de Barajas en Madrid reportó escenas de pánico entre los viajeros atrapados en la oscuridad y sin acceso a información precisa sobre sus vuelos. En el sector empresarial, la falta de energía produjo cuantiosas pérdidas, afectando a todas las áreas desde la industria manufacturera hasta el comercio minorista.
A pesar de la gravedad de la situación, los hospitales españoles y portugueses mantuvieron la atención a los pacientes gracias a sus sistemas de emergencia. El sistema ferroviario, no obstante, sufrió una paralización total, afectando a miles de pasajeros. El torneo de tenis Mutua Madrid Open 2025, que se celebraba en la ciudad, fue suspendido indefinidamente, y la imagen de las canchas iluminadas solo por las luces de los celulares de los espectadores se convirtió en un símbolo de la magnitud de la crisis energética.
Las investigaciones para determinar la causa raíz del apagón continúan, mientras la Península Ibérica se enfrenta a la titánica tarea de la recuperación y la reconstrucción de sus sistemas de energía, dejando un amargo sabor a incertidumbre sobre el futuro energético.