María Elena Saldaña cae durante sesión de fotos tras choque con Cecilia Galliano

Las cámaras grabaron lo que parecía una escena más de la sesión: “todo era parte del juego”, decían entre risas. Pero cuando María Elena Saldaña, la icónica ‘La Güereja’, y Cecilia Galliano se movieron en sincronía bajo las luces, algo se rompió—no en el guion, sino en el aire entre ellas.

Detalles clave del incidente:

• La sesión, pensada para capturar la química entre dos generaciones de actrices, incluía movimientos libres y burlas entre takes.
• Saldaña, con la agilidad de quien aún domina el escenario, tiró suavemente del brazo de Galliano para atraerla al centro del encuadre.
• Galliano, reaccionando con instinto y sin pausa, le dio un empujón con la cadera—como si fuera un juego de niños en la calle de Tijuana—pero sin medir que los años no se juegan igual.

Lo que siguió fue un silencio cortado por el golpe seco del cuerpo contra el piso. Saldaña no cayó de espaldas, sino de costado, como quien ya no tiene la misma resistencia que tenía hace treinta años. Galliano se arrodilló al instante, con la cara blanca, pero ya era tarde. Los asistentes se acercaron en grupo, algunos con teléfonos en alto, otros con manos temblorosas.

Las redes sociales no tardaron en responder—no con memes, sino con preguntas que duelen:

• "¿Cuántas veces hemos visto a las mujeres de 60 años tratadas como si fueran frágiles… hasta que alguien las empuja y se olvida que también fueron fuertes?"
• "Aquí no se trató de un accidente. Se trató de una costumbre: tratar el cuerpo de las mujeres mayores como algo que no duele."
• "En la frontera, sabemos que hasta las bromas tienen peso. ¿Por qué en la ciudad se olvida eso?"

El video, que circuló como fuego en TikTok y WhatsApp, muestra el instante desde tres ángulos distintos: el empujón, la caída, y luego, el rostro de Galliano intentando disimular el pánico. Testigos confirmaron que Saldaña fue revisada por un paramédico en el set—sin fracturas, pero con moretones que aún le duelen al moverse. No hubo hospital, pero sí una pausa en la filmación. Y un gesto silencioso: Saldaña se levantó, se sacudió el polvo, y volvió a su lugar… sin decir una palabra.

Algunos dicen que fue un error de cálculo, un exceso de confianza juvenil. Otros, que fue un reflejo de una industria que sigue viendo a las mujeres de más de 50 como decorado, no como personas. La productora, hasta ahora, guarda silencio. Pero en los camarines, entre bocadillos y café en vasos desechables, se escucha una frase que se repite: "Si eso le hubiera pasado a un hombre de 60, ¿lo habríamos llamado ‘juego’?"

Este episodio no es solo sobre una caída. Es sobre lo que no se dice cuando las cámaras se apagan: que en el espectáculo, muchas veces, lo que se considera “dinámica” es solo falta de respeto disfrazado de espontaneidad. Y que, en la frontera, donde la vida se vive con más intensidad y menos filtros, todos sabemos una cosa: no se juega con lo que se puede romper.