Ana Layevska: Más allá de las telenovelas
El rostro que alguna vez fue sinónimo de telenovelas juveniles hoy encarna personajes con capas de complejidad que solo la experiencia puede tallar. Ana Layevska, lejos de anclarse en la nostalgia, ha tejido una segunda acto profesional donde el streaming y el cine independiente son sus nuevos territorios
Layevska, la actriz que alguna vez lloró en las telenovelas de Televisa, ahora se ríe a carcajadas interpretando a la irreverente Mariana en "Doctora Lucía". Su trayectoria, una montaña rusa de transformaciones, la ha llevado de los melodramas a personajes complejos que desafían las convenciones.
El cambio no fue sencillo. Fue un proceso arduo de reinvención, que la llevó a explorar nuevas técnicas actorales, alejarse de la comodidad de las telenovelas y abrazar la incertidumbre de los proyectos independientes. Este camino la ha llevado a destacar en plataformas digitales y festivales internacionales.
Su evolución queda plasmada en datos concretos:
- Desde 2015, ha incursionado en el mundo del streaming, cuando este era considerado un nicho experimental.
- Entre 2018 y 2020, rechazó siete propuestas de telenovelas para dedicarse a proyectos cinematográficos más desafiantes.
- Para su papel en "Santita", próxima a estrenarse en Netflix, se sometió a un riguroso entrenamiento de boxeo durante tres meses.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Layevska busca roles que la sacudan, que la hagan sentir incómoda. Es esta búsqueda de la incomodidad la que la ha llevado a participar en películas como "El club perfecto", seleccionada para el Festival de Morelia, donde interpreta a una madre en crisis. "El miedo es mi mejor indicador de que voy por buen camino", afirma.
Mientras su agente negocia con productoras internacionales para proyectos en inglés, Layevska se prepara para grabar "Amor de oficina", una comedia que se filmará en la Ciudad de México este invierno. La niña que alguna vez conmovió al público con sus lágrimas ahora se prepara para conquistar las pantallas con su talento y audacia, demostrando que el vértigo puede ser, en ocasiones, la mejor fuente de inspiración.