Adrián Di Monte: Las secuelas de una relación tóxica
Las secuelas de una relación tóxica pueden ser invisibles al principio, pero tarde o temprano salen a la luz. En el caso de Adrián Di Monte, exhabitante de La Casa de los Famosos México, un reciente estudio psicológico ordenado por autoridades reveló daños profundos en su salud mental tras su polémico matrimonio con la actriz Sandra Itzel
La batalla legal entre Adrián Di Monte e Itzel terminó en marzo de 2024, pero las secuelas emocionales para el actor son profundas y persistentes. Un amigo cercano a la expareja reveló detalles desgarradores sobre la relación, describiéndola como profundamente tóxica y dejando al descubierto un panorama de manipulación y control por parte de Itzel.
"Adrián está destrozado", confesó la fuente. "El daño emocional es significativo, va más allá de una simple ruptura". Las evaluaciones psicológicas a las que fue sometido Di Monte revelaron un estado preocupante:
- Depresión grave
- Desánimo emocional persistente
- Autoestima y resiliencia severamente afectadas
- Problemas conductuales y cognitivos
Se requiere terapia constante y supervisión psiquiátrica para abordar estos problemas, según fuentes cercanas al actor. El proceso de recuperación se espera que sea largo y complejo.
Según el testimonio del amigo, Itzel ejerció un control absoluto sobre Di Monte, presionándolo para que vivieran juntos a pesar de su deseo de separarse. Utilizaba cuentas falsas en redes sociales para vigilarlo y llegó incluso a amenazarlo con arruinar su carrera si hablaba sobre la verdadera naturaleza de su relación.
La motivación detrás del matrimonio, según la misma fuente, podría haber sido la obtención de la residencia americana por parte de Itzel. Al no conseguirlo, habría cambiado su estrategia, intentando obtener pruebas de maltrato fuera de contexto para obtener ventaja legal. La acusación pública de violencia doméstica en 2023 por parte de Itzel, y la posterior contra-acusación de Di Monte, exponiendo mensajes antiguos manipulados, forman parte de este complejo entramado.
El conflicto escaló a niveles insospechados, dejando cicatrices profundas en la psique de Di Monte. Mientras intenta reconstruir su vida tras su paso por el reality show, la realidad es que las heridas emocionales, a diferencia del divorcio, demandarán un tiempo considerable para sanar. El camino hacia la recuperación, aunque largo y difícil, es un proceso que Di Monte enfrenta con la ayuda de profesionales.