Sequía rota: Flores anota y Tigres hunde a Gallos; crisis en Querétaro
El ambiente en el Estadio Corregidora era eléctrico, pero no por lo que esperaba la afición local. Mientras los aullidos de los felinos resonaban en la cancha, los de Querétaro apenas podían contener el avance de un rival que llegaba con hambre de liderato
El Estadio Universitario fue testigo de una nueva decepción para los Gallos Blancos de Querétaro, quienes cayeron 2-0 ante unos Tigres que capitalizaron la presión de la Liga MX. La amarga noche queretana incluyó un doble golpe: la derrota y el resurgimiento de un mediocampista rival que llevaba casi un año sin anotar.
La figura inesperada fue Marcelo Flores. Tras once meses de sequía —su último gol databa de noviembre de 2024—, el joven atacante se convirtió en el verdugo. Al minuto 52, Flores aprovechó un rebote en el área y liquidó las aspiraciones de Querétaro. El desahogo fue total, con el jugador celebrando en hombros: "No podía creerlo", admitió, reflejando que este tanto es un gran inyección de confianza.
Sin embargo, el marcador se abrió antes de la pausa. Tigres salió decidido a dominar, y a la media hora de juego, Juan Brunetta no perdonó. Un pase preciso de Ángel Correa dejó al argentino en posición de definir con frialdad para el 1-0. Los Gallos, que habían mostrado mejoría en sus últimas fechas, volvieron a exponer sus vulnerabilidades.
La Desgracia Querétana y el Ascenso Regio
La derrota agrava la crisis en Querétaro. El equipo de Benjamín Mora se mantiene estancado en el penúltimo lugar con apenas 8 puntos.
- Expulsión Clave: Cualquier intento de reacción quedó sepultado al minuto 87, cuando Mateo Coronel vio la tarjeta roja, dejando a su equipo con diez hombres.
- El Penalti del Consuelo: La desesperación se selló en el tiempo de compensación (90+6), cuando Pablo Barrera falló un penal que solo habría maquillado el resultado.
Mientras los de la UANL celebran su séptimo partido consecutivo sin conocer la derrota y escalan a la quinta posición de la tabla, en Querétaro la afición se pregunta cuándo se materializarán las promesas de cambio de su nuevo dueño, Marc Spiegel. Por ahora, la fiesta se queda en Monterrey.
