Nueve jonrones: Yankees pulverizan récord en juego de pretemporada

Un aguacero inesperado retrasó el inicio del juego, pero lo que siguió fue una explosión de poderío ofensivo que nadie olvidará. Los Yankees, con una demostración de fuerza bruta, pulverizaron a los Rays en un festival de cuadrangulares que dejó a todos boquiabiertos.

La lluvia parecía haber limpiado el cielo y, con él, la zona de strike para los lanzadores de Tampa Bay. El encuentro se convirtió en un recital de batazos históricos. Un testigo presencial describió la escena como "una sinfonía de jonrones, una obra maestra de poderío", y es que Aaron Judge, Cody Bellinger y Giancarlo Stanton conectaron sendos vuelacercas consecutivos, estableciendo el tono para una noche de pesadilla para los lanzadores de los Rays.

• Judge, con su cuadragésimo jonrón de la temporada, envió la pelota a 429 pies, un misil que resonó en el estadio.
• Bellinger, con una noche excepcional de 5-4 y tres carreras impulsadas, conectó un bambinazo de 381 pies.
• Stanton, con su acostumbrada potencia, completó la tripleta con un batazo de 386 pies que dejó sin aliento a la defensa.

Pero la fiesta de jonrones no se limitó a los Yankees. José Caballero, de los Rays, logró el primer juego de múltiples jonrones de su carrera, mientras que Jazz Chisholm Jr. y Ben Rice también se unieron a la lluvia de cuadrangulares. En total, los Yankees igualaron un récord de franquicia con nueve jonrones, un festín de poder que dejó expuestas las debilidades del lanzador Shane Baz, quien en sus últimos seis juegos ha permitido 29 carreras limpias.

Mientras la ofensiva de los Yankees se desataba, Carlos Rodón (13-7) demostró su dominio en el montículo, limitando a los Rays a solo dos carreras en seis entradas. La participación latina fue destacada en ambos equipos:

• Amed Rosario (1-1) y Jasson Domínguez (1-0) contribuyeron al triunfo de los Yankees.
• Por los Rays, Yandy Díaz (2-0) y Christopher Morel (4-2) intentaron frenar la avalancha, pero la tarea resultó imposible.

El partido, disputado en un estadio de pretemporada, demostró una vez más que cuando los Yankees conectan sus bates con esta contundencia, ningún equipo está a salvo. La victoria deja a los Rays con la difícil tarea de encontrar soluciones antes de que la serie se convierta en una humillante derrota.