Derrota de EEUU ante Turquía genera dudas sobre Pochettino a un año del Mundial
“Necesitamos creer. Necesitamos competir como hoy y seguro que vamos a tener la posibilidad de ganar la Copa del Mundo”, aseveró el entrenador de Estados Unidos, que hilvanó su tercer tropiezo.
La derrota ante Turquía dejó al descubierto las grietas en la armadura de la selección estadounidense. Un 2-1 que, más allá del marcador, expuso la fragilidad defensiva y la inconsistencia ofensiva que preocupan a pocos meses de las eliminatorias mundialistas.
La sombra de la duda planea sobre Mauricio Pochettino. El carismático entrenador argentino, llegado con la promesa de revitalizar al equipo tras la decepcionante Copa América, ve cómo las victorias se mezclan con derrotas preocupantes, dejando un balance de cinco triunfos y cuatro reveses.
El encuentro frente a Turquía fue un fiel reflejo de esta dualidad. Un inicio prometedor, con el veloz gol de Jack McGlynn a los 59 segundos, ilusionó a los aficionados, pero la alegría fue efímera. La zaga estadounidense, vulnerable y desorganizada, sucumbió ante la precisión de Arda Güler y Kerem Aktürkoğlu, quienes en un abrir y cerrar de ojos voltearon el marcador.
El dominio de la posesión (60% para Estados Unidos) y las estadísticas de remates (13-11) no reflejan la realidad del partido. La ineficacia en ataque y la incapacidad para contener las embestidas turcas dejaron a la vista las carencias del equipo.
Pochettino, en busca de soluciones, realizó ocho cambios en la alineación respecto al encuentro previo, apostando por la juventud. Una apuesta arriesgada que, según Tyler Adams, demostró la valentía de los nuevos jugadores: “Algunos chicos están entrando sin miedo, arriesgándose e intentando ir por todo.”
El debut de jugadores como Alex Freeman, hijo de la leyenda de la NFL Antonio Freeman, y Matt Freese en la portería, supuso un giro en la estrategia del seleccionador. Quinn Sullivan y Nathan Harriel también tuvieron minutos, mientras que el titular Matt Turner estaba ausente por su compromiso con el Crystal Palace.
El golazo de McGlynn, un disparo magistral, fue un rayo de esperanza en medio de la tormenta. Su segundo gol en cinco partidos internacionales y el más rápido de Estados Unidos desde la Copa Oro 2021, quedó eclipsado por las deficiencias defensivas. La falta de coordinación y los errores individuales resultaron fatales.
A un año de la Copa del Mundo, la situación de la selección estadounidense es compleja. Los próximos encuentros ante Suiza y la Copa Oro de la CONCACAF serán cruciales para que Pochettino ajuste su estrategia y consolide un equipo competitivo. El camino hacia Qatar se perfila lleno de retos, bajo la intensa presión de una nación con grandes expectativas. La esperanza de un final glorioso se mantiene, pero la realidad del momento es innegablemente compleja.
