Alcaraz: El Canto del Triunfo en París

Después de ganar su partido de segunda ronda en el Abierto de Francia, el campeón defensor Carlos Alcaraz finalmente pudo hacer algo que siempre quiso: cantar para los aficionados en Roland Garros.

Alcaraz: El Canto del Triunfo en París

La victoria de Carlos Alcaraz sobre Fabian Marozsan por 6-1, 4-6, 6-1, 6-2 en Roland Garros parecía un final predecible. Una breve entrevista con la leyenda Mats Wilander estaba planeada, pero el joven español tenía otros planes.

Tras la entrevista, Alcaraz sorprendió a todos con un anuncio inesperado: "Tengo algo que hacer, algo que siempre quise. Espero que me acompañen", dijo antes de tomar el micrófono y comenzar a cantar un pasodoble español. El ritmo contagioso y el estribillo —“Po-po-po-po-po-po po-lolo”— resonaron en la Philippe Chatrier, electrizando a la multitud.

La versión francesa del pasodoble incluye un "Olé" al final. Alcaraz, con una pícara sonrisa, animó al público a corear el "Olé", creando un momento inolvidable de conexión entre el jugador y los espectadores. La entrevista con Wilander, después de esta singular presentación, se sintió como un mero apéndice a la verdadera celebración.

Alcaraz reveló más tarde que había considerado cantar el pasodoble después de una entrevista el año pasado, pero la timidez lo había detenido. Esta vez, la confianza y la euforia de la victoria lo impulsaron. Su dominio en tierra batida es innegable, con 29 victorias en sus últimos 31 partidos sobre esta superficie. Solo una derrota empaña su impresionante racha: la sufrida contra Novak Djokovic en la final olímpica de París el año pasado, en la misma cancha donde ahora triunfaba.

Amo esta pista”, confesó Alcaraz. “He vivido grandes momentos aquí, también malos, de los que he aprendido mucho... Espero que la gente se vaya con una sonrisa cuando dejo la cancha”. Su próximo rival en la tercera ronda será Damir Dzumhur, de Bosnia.

La victoria, la espontaneidad, la conexión con el público y el dominio en la arcilla de Alcaraz construyen una historia que va más allá del tenis, creando un legado que resonará mucho después de que se cierre la puerta de la Philippe Chatrier.