Thuram: Tras la leyenda, la Champions
Marcus Thuram aspira a superar a su padre, más aclamado, ganando la Liga de Campeones. Lilian Thuram disfrutó de una carrera llena de trofeos con Mónaco, Parma, Juventus y Barcelona, y ayudó a Francia a ganar la Copa del Mundo de 1998.
Este sábado se escribe un nuevo capítulo en la historia del fútbol, una final que trasciende lo deportivo y se adentra en el terreno de las rivalidades familiares, las ambiciones personales y el legado. Más allá del brillo de los reflectores, hay historias humanas que laten con la misma intensidad que el ritmo del juego.
El delantero del Inter de Milán, Marcus Thuram, hijo de la leyenda francesa Lilian Thuram, tiene la oportunidad de superar la marca de su padre. Lilian, con una brillante carrera en equipos como Mónaco, Parma, Juventus y Barcelona, conquistó la Copa del Mundo de 1998, pero la Champions League siempre se le escapó, quedando a las puertas de la gloria en la final de 2003 con la Juventus. "Si gano, tendré mucho que contarle a mi padre sobre cómo se gana la Champions League," declaró Marcus con una sonrisa, consciente de la sombra -y el estímulo- de su progenitor.
En sus dos años con el Inter, Marcus ha sido fundamental. Tras su llegada procedente del Borussia Mönchengladbach, formó junto a Lautaro Martínez la letal dupla "ThuLa", reemplazando a la anterior "LuLa". Sus 14 goles en la Serie A y 7 asistencias, junto a 4 tantos en Champions, demuestran su potencial. Sobre su compañero de ataque, Thuram afirma: “Jugar con Lautaro es un placer. Es nuestro capitán, nuestro líder. Me ha ayudado mucho y es un privilegio compartir el campo con él.”
Pero la rivalidad familiar se extiende más allá de los Thuram. El entrenador del Inter, Simone Inzaghi, compite, de alguna manera, con la legada de su hermano mayor, Filippo "Superpippo" Inzaghi. Mientras Simone logró el título de la Serie A con la Lazio en el 2000, Filippo acumuló títulos nacionales e internacionales con Juventus y Milan, incluyendo dos Champions League y la Copa del Mundo de 2006. La ironía reside en que Filippo, tras una exitosa carrera como jugador, ahora entrena en la Serie B y se enfrentará a Simone la próxima temporada tras ascender al Pisa a la Serie A. Ante la pregunta de qué triunfo era más importante, como jugador o entrenador, Simone respondió con una pícara sonrisa: “Espero que también tenga este problema de elegir. Y luego, Pippo y yo le preguntaremos a nuestros padres cuál fue su mayor orgullo.”
La final de este sábado es mucho más que un partido; es el punto culminante de una rivalidad fraternal, un encuentro entre legados familiares y una oportunidad para escribir un nuevo final, uno que podría cambiar para siempre el curso de estas dos sagas futbolísticas.