Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028: Coliseum y SoFi Stadium
Los Ángeles se prepara para un evento deportivo sin precedentes, una celebración que fusionará la nostalgia del pasado con la modernidad del futuro. La ciudad, conocida por su vibrante cultura y su pasión por el deporte, está a punto de escribir un nuevo capítulo en su historia olímpica
Con una decisión que ha generado gran expectativa, el Comité Olímpico Internacional ha confirmado que Los Ángeles 2028 se celebrará en dos escenarios emblemáticos: el histórico Los Angeles Memorial Coliseum y el ultramoderno SoFi Stadium.
La elección del Coliseum, un estadio cargado de historia olímpica, permitirá revivir la magia de las olimpiadas de 1932 y 1984. Su selección simboliza, según palabras de Casey Wasserman, presidente y director de LA28, “el legado olímpico y el espíritu indomable de Los Ángeles.” Este será un evento sin precedentes, marcando la tercera vez que este coloso albergue una ceremonia de apertura.
En contrapunto, el SoFi Stadium, con su arquitectura vanguardista y tecnología de última generación, representará el futuro de Los Ángeles, su dinamismo e innovación. Este impresionante estadio, además de acoger ceremonias, será la sede de las emocionantes competencias de natación. “Es un honor mostrar al mundo las capacidades de nuestra ciudad,” añadió Wasserman.
Un detalle que realza la conexión con el pasado: la antorcha de los Juegos de 1984, portada por el legendario Rafer Johnson, se mantiene en la entrada del Coliseo, un símbolo palpable de la rica tradición olímpica angelina que se fusionará con la modernidad del SoFi Stadium.
Del 14 al 30 de julio, Los Ángeles vibrará con la energía de los Juegos Olímpicos, culminando con una ceremonia de clausura inolvidable el 30 de julio. Posteriormente, del 15 al 27 de agosto, los Juegos Paralímpicos brillarán con su propia ceremonia de clausura el día 27. Aunque los detalles de las ceremonias permanecen bajo reserva, prometen un espectáculo que combinará a la perfección tradición y modernidad, dejando una huella imborrable en la historia de los Juegos Olímpicos.