EE.UU. refuerza frontera con nuevo plan de seguridad; enfrentan críticas por impacto ambiental

El gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha uno de los proyectos de seguridad fronteriza más ambiciosos de la última década. Con una inversión de $4,500 millones de dólares, la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) iniciará la construcción de un "muro inteligente" que combinará barreras físicas con tecnología de punta en varios puntos estratégicos de la frontera con México

EE.UU. refuerza frontera con nuevo plan de seguridad; enfrentan críticas por impacto ambiental

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) anunció el avance de un plan de seguridad fronteriza que, según el comisionado Rodney Scott, marca un cambio decisivo respecto a la inacción de administraciones anteriores. Este proyecto se financia a través de la partida presupuestal "One Big Beautiful Bill," la cual destina $170 mil millones a seguridad y control migratorio.

El plan contempla la edificación de 230 millas de nuevas barreras físicas y la modernización de casi 400 millas adicionales con un "sistema de atributos" que incluye sensores, cámaras y sistemas de iluminación.

Enfoque en Arizona y asignación de contratos
Una parte crucial de la infraestructura se concentrará en Arizona:

  • Se prevén 23 millas de un "muro secundario" en el sector de Tucson.
  • Se instalarán 126 millas de tecnología de detección avanzada dentro del sistema fronterizo.

La CBP ya asignó contratos para ejecutar estas obras. La empresa Barnard Spencer Joint Venture fue contratada por $199 millones para instalar 60 millas de infraestructura tecnológica en el sector Yuma. Paralelamente, BCCG A Joint Venture liderará el proyecto Tucson 1, enfocado en nuevas barreras y sistemas, con un costo cercano a los $607 millones.

Críticas ambientales y uso de exenciones legales


El proyecto ha desatado una fuerte controversia ambiental. En el Valle de San Rafael, donde ya han comenzado las obras, el Center for Biological Diversity ha presentado demandas, argumentando que la construcción "destruirá uno de los últimos espacios naturales verdaderamente salvajes de Nuevo México". Laiken Jordahl, activista de la organización, criticó la afectación a ecosistemas únicos.

Para acelerar la construcción, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha recurrido al uso de exenciones legales que le permiten obviar regulaciones ambientales en áreas específicas como San Diego y Nuevo México, una práctica que, según los críticos, antepone la agenda política a la protección de los hábitats naturales.

A largo plazo, la CBP busca alcanzar un sistema de seguridad que incluya: 1,422 millas de barreras primarias, 538 millas de barreras en ríos y 631 millas de muros secundarios.