El gobierno de EE. UU. presiona a universidades con "pacto de excelencia"

La Casa Blanca está moviendo piezas en el tablero de la educación superior con una propuesta que ha levantado cejas en círculos académicos. Nueve universidades de élite en Estados Unidos, incluyendo una de Arizona, recibieron esta semana una oferta con sello Trump: prioridad en fondos federales a cambio de alinear sus políticas con la agenda presidencial

El gobierno de EE. UU. presiona a universidades con "pacto de excelencia"

Una filtración de la agencia AP ha revelado un documento gubernamental que propone un "pacto de excelencia" para universidades de Estados Unidos, que ha sido calificado por expertos como un "juego de poder disfrazado de apoyo educativo". El acuerdo obliga a las instituciones a modificar aspectos clave de su operación bajo estricta supervisión federal, a cambio de mantener el acceso a beneficios federales.

El documento establece una serie de exigencias que impactan directamente en la autonomía y políticas internas de las universidades:

  1.     Implementar una definición biológica de género en el uso de baños y la conformación de equipos deportivos femeninos.
  2.     Eliminar consideraciones raciales en los procesos de admisión.
  3.     Establecer un límite del 15% para estudiantes internacionales.
  4.     Congelar las colegiaturas por cinco años para estudiantes nacionales.

Consecuencias y dilema de las instituciones

Un profesor de ciencia política de la UArizona, bajo condición de anonimato, señaló que las universidades se verán obligadas a ajustar desde admisiones hasta deportes bajo la lupa del gobierno. El pacto de 10 páginas incluye la amenaza de auditorías anuales sobre libertad de expresión y posibles sanciones del Departamento de Justicia por incumplimiento.

La Universidad de Texas ha manifestado su aceptación al programa, con Kevin Eltife, presidente de su Junta de Regentes, calificando la inclusión como "un honor". Por otro lado, instituciones prestigiosas como Brown y Dartmouth han mantenido silencio ante la creciente presión. Previamente, universidades como Harvard han sufrido la pérdida de millones en fondos para investigación por confrontaciones con la actual administración.

Analistas coinciden en que, más allá de la retórica de "excelencia académica", esta es una batalla cultural que fuerza a las universidades a elegir entre sus principios institucionales y los cruciales presupuestos federales, especialmente en un momento en que muchas aún se recuperan de los golpes financieros de la pandemia. El documento ofrece una alternativa, pero a un alto costo: las instituciones son "libres de desarrollar otros modelos... si deciden renunciar a los beneficios federales".