El muro fronterizo fragmenta un corredor ecológico vital entre México y EE. UU.
Mientras el gobierno estadounidense avanza en sus planes de reforzar la frontera sur, un grupo de especialistas levanta la voz por un tema que pocos han puesto sobre la mesa: el impacto irreversible en los ecosistemas; el Valle de San Rafael, un corredor natural entre Arizona y Sonora, podría convertirse en el próximo escenario de un conflicto entre seguridad nacional y conservación ambiental
Un muro de 39.7 kilómetros amenaza con dividir el hábitat de jaguares y berrendos sonorenses en la frontera entre México y Estados Unidos. Esta extensión, planeada por la administración actual, provoca una acalorada controversia que enfrenta la necesidad de seguridad con la preservación de la vida silvestre. La bióloga Emily Burns, del Sonoran Wildlife Project, lo resume así: "No se trata solo de un muro, sino de una sentencia de muerte para especies que han transitado libremente por siglos".
John Ladd, ranchero con generaciones de historia en la zona, presenta una perspectiva diferente: "Entiendo la preocupación por la fauna, pero la seguridad de mi familia y mi comunidad es primordial. La reducción del 60% en las incursiones ilegales desde que iniciaron las obras piloto lo demuestra". Ladd, quien ha registrado más de 500 mil detenciones migratorias en sus tierras, representa la voz de quienes priorizan la seguridad fronteriza.
La tensión entre la conservación y la seguridad ha impulsado la búsqueda de soluciones innovadoras. Expertos proponen:
- Pasos de fauna: aberturas estratégicas en el muro para el paso seguro de animales.
- Sistemas de alerta temprana: sensores de movimiento que detecten actividad sin necesidad de obstrucciones físicas.
- Puentes ecológicos: estructuras elevadas que permitan el tránsito de la fauna sobre el muro.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. está evaluando un estudio de impacto ambiental, mientras organizaciones de ambos países preparan acciones legales para proteger a las especies amenazadas. La reunión en Nogales la próxima semana, enfocada en el jaguar y su estatus protegido por tratados internacionales, será crucial para definir el futuro de este ecosistema fronterizo y la coexistencia entre humanos y fauna.