Siete guarderías cierran en Sonora por riesgos graves a la seguridad infantil
En lo que va del año, siete estancias infantiles en Sonora dejaron de operar temporalmente tras hallazgos que pusieron en riesgo la seguridad de los más pequeños: señalización inadecuada, ausencia de certificados eléctricos y estructurales, y personal sin la capacitación mínima exigida por ley. Las inspecciones, parte de un plan sistemático de vigilancia, no fueron sorpresas, sino el resultado de una revisión constante que ya ha tocado puertas en más de 200 centros.
La Coordinación Estatal de Protección Civil confirmó que las guarderías suspendidas están distribuidas en cinco municipios clave: dos en Hermosillo, dos en Cajeme, una en Nogales, otra en Guaymas y la última en San Luis Río Colorado. En cada caso, las autoridades dieron plazos claros para corregir las fallas —y solo reabrirán cuando los inspectores vuelvan y aprueben cada detalle, desde las salidas de emergencia hasta la limpieza de los baños.
Este no es un ejercicio puntual. Desde enero, más de 90 preescolares han sido revisados bajo el plan anual, y otros 17, por denuncias de padres preocupados. En muchas comunidades fronterizas, donde las familias trabajan largas jornadas y confían en estas instituciones como extensión de su hogar, cada hallazgo se siente como una advertencia: la protección de los niños no puede ser un trámite, sino una costumbre.
En noviembre, las inspecciones continuarán —no solo en ciudades, sino en colonias periféricas y rancherías donde el acceso a servicios básicos es más frágil. “No se trata de cerrar guarderías”, explicó una funcionaria que prefirió no ser nombrada. “Se trata de asegurar que cuando una mamá deja a su hijo, sabe que no lo está dejando solo.”