Reconstrucción de viviendas tras los daños causados por Raymond
No se trata de volver a construir. Se trata de no volver a perder. Siete hogares elevados. Una comunidad que no se rinde. Y por primera vez, el agua no ganará.
Las lluvias de la tormenta tropical Raymond dejaron huellas profundas en Estación Oroz, pero también una oportunidad para reconstruir no solo casas, sino esperanza. Este miércoles, Fernando Rojo de la Vega, titular de la Secretaría de Bienestar, confirmó que siete viviendas completamente destruidas serán reconstruidas con estándares de resistencia y altura, diseñadas para enfrentar futuros embates del clima.
No se trata solo de poner techo, sino de levantar hogares que no se vuelvan a perder. Las nuevas viviendas estarán sobre plataformas elevadas, con cimientos reforzados y materiales que aguanten el agua y el viento. La inversión supera los tres millones de pesos, y todo se hará bajo la dirección de la Comisión de Vivienda del Estado, con el Ingeniero Pedro Fontes al frente. Esto es lo que las familias merecen después de perderlo todo.
Detrás de cada puerta que se volverá a abrir, hay historias de noches en refugios, de muebles flotando y niños que no quieren volver a dormir con el ruido de la lluvia. Por eso, el programa de Fortalecimiento Económico no solo llegará con materiales, sino con apoyo psicológico y capacitación para que las familias puedan recuperar su autonomía.
Mientras las casas se levantan, también se trabaja en la raíz del problema: el agua que se acumula cada vez que llueve. La Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano (Sidur) ya está en el terreno, midiendo pendientes, evaluando el flujo de las corrientes y probando soluciones que no sean solo temporales.
Lo que aquí pasa no es un accidente. Es un patrón. Cada año, el agua se queda atrapada, se mete por los bajos, y no hay salida. No vamos a poner gaviones como parche. Tampoco un muro que solo la desvíe hacia otro lado. Lo que necesitamos es un canal que funcione como una arteria: que lleve el agua lejos, rápido, y sin daño. Esa es la opción que estamos validando ahora.
En Estación Oroz, donde el viento del norte trae polvo y el río de la memoria nunca se seca, la reconstrucción no es solo un proyecto de cemento y acero. Es un acto de justicia. Las familias que perdieron sus hogares no piden favores. Piden que no se les olvide. Y esta vez, no se les olvidará.