Especialista destaca importancia de los primeros auxilios psicológicos en fiestas decembrinas
Los PAP pueden evitar que el daño emocional escale a consecuencias físicas durante encuentros familiares de fin de año
Como una intervención breve, humana y estructurada, caracterizó el Doctor en Psicología Nehemías Cuamba Osorio, a los primeros auxilios psicológicos, los cuales, si bien no sustituyen la terapia o la atención especializadas, pueden prevenir el crecimiento del daño emocional, que pudiera llegar al físico, lo cual puede ser crucial en situaciones de alto estrés, como pudieran ser las reuniones familiares de fin de año.
El especialista explicó los también conocidos como PAP, tienen la principal intención de reducir el malestar emocional, inmediato, restablecer el equilibrio mínimo necesario y facilitar el acceso a apoyos posteriores, además de que se basan en 5 ejes fundamentales como: seguridad, calma, conexión, autoeficacia y una esperanza realista, sobre la situación traumática en proceso.
Sí, mira, los primeros auxilios psicológicos son una serie de estrategias que se pueden aplicar en momentos donde suceden situaciones de crisis emocionales o crisis psicológicas, donde la persona se siente o en este caso se percibe desbordada ante una situación y no se interpreta como lo suficiente como para poder solucionarla. En este caso los primeros auxilios psicológicos no son exclusivos de que los puede dar una persona que sea de salud mental, sino en este caso cualquier persona capacitada en el área, mencionó Cuamba.
Reiteró sobre la importancia de los primeros auxilios psicológicos, los cuales consideró se encuentran al nivel del conocido como RCP, pero de la salud mental, además de que indicó estos tienen especificaciones mismas de acuerdo al ciclo vital de la persona atravesando por un problema, adecuándolos desde un joven de secundaría, pasando por preparatoria, universidad y edad adulta o adulta avanzada, tratando de llegar en el mismo nivel de a quien se busca ayudar.
Esto toma vital importancia, con la llegada de las fiestas decembrinas, ya que, al momento de reunirse las familias, pueden llegar al mismo tiempo esos recuerdos de personas que ya no están o situaciones que pusieron en riesgo el núcleo familiar, por lo que recomendó lo primero que debe de hacerse es validar los sentimientos y manejarlo con empatía, aunque en ocasiones no estemos de acuerdo.
El hecho de que estemos validando no implica que estemos de acuerdo, sin embargo, estamos dándole a la otra persona un sentimiento de empatía, de que estamos comprendiendo sobre la situación. Segundo, poder escucharlo, pero una escucha activa sin juzgar, o sea, porque en muchas ocasiones como familiares escuchamos y juzgamos. Aquí sí entra el famoso ejercicio que en muchas ocasiones se hace de ese escucho, pero no juzgo, y aquí sí es de a fuerzas, principalmente cuando son adolescentes o cuando son niños, de poder hacerlos sentir que se sienten escuchados y no juzgados o no necesariamente dar el típico consejo que regularmente damos como padres, el típico consejo que damos como familiares, como si nosotros supiéramos más en este caso, sino simplemente validarlo, escucharlo y no juzgarlo, recomendó.
Comentó en caso de que alguna persona llegue al punto del llanto, lo mejor es primero escuchar y después ofrecer una actividad alternativa a lo que se estaba realizando para sacar del ciclo del dolor a los familiares, sin embargo, lo ideal indicó es no tratar temas que pudieran ser detonantes de estos episodios y una vez terminado esto, buscar la ayuda de un profesional.