Cruz Roja: Oasis de apoyo para migrantes en el desierto
Alrededor de 7 km se adentran socorristas en la sierra de la línea fronteriza para dejar agua, sueros y en ocasiones medicamento que puedan salvar vidas y traer esperanza
En las áridas y solitarias tierras al norponiente de Nogales, donde el desierto se extiende hasta la línea fronteriza, un grupo de ángeles de la salud se adentran cada mañana. A bordo de una robusta camioneta, equipada con agua, botiquines y un gran corazón, los socorristas de la Cruz Roja Nogales buscan a los migrantes que arriesgan sus vidas en busca del sueño americano.
Conocedores de las peligrosas rutas que atraviesan los migrantes, los paramédicos dejan estratégicamente provisiones vitales: agua, suero y medicamentos básicos que han significado la diferencia entre la vida y la muerte en más de una ocasión. No se limitan a la simple entrega de ayuda; su presencia misma es un faro de esperanza en un paisaje inhóspito.
Su jornada comienza al amanecer. Desde la base de la Cruz Roja, la camioneta se adentra en la ciudad para luego dirigirse hacia el área conocida como Mariposa. Desde allí, comienza la ardua travesía por caminos rocosos y accidentados, recorriendo más de siete kilómetros hacia el poniente, a lo largo de la imponente línea fronteriza.
Mariana Guadalupe Madrigal González, técnica en asistencias médicas y responsable local del punto de asistencia de migración y restablecimiento de contactos de Cruz Roja Nogales, describe su labor:
Nuestro objetivo principal es restablecer el contacto con los migrantes que encontramos. Además, les proporcionamos hidratación, especialmente agua, crucial en este clima tan extremo.
En los puntos de auxilio, se observa una conmovedora muestra de fe y esperanza: imágenes religiosas, juguetes y cientos de velas consumidas, ofrendas dejadas por los migrantes que ruegan por alcanzar el tan ansiado sueño americano.
Como Cruz Roja, realizamos dos recorridos diarios para verificar la presencia de migrantes y reponer las provisiones de agua. Nuestra unidad de rescate está equipada con botiquín, hidratación y todo lo necesario para trasladar a cualquier migrante herido hasta la ambulancia que espera en la entrada de la garita Mariposa, para su posterior traslado a un hospital, mencionó.
Madrigal González enfatiza la larga tradición de la Cruz Roja Nogales en esta labor humanitaria, especialmente crucial durante los meses de verano, cuando las altas temperaturas representan un peligro mortal para los migrantes.
El principal riesgo para los migrantes es el clima: deshidratación, insolación y las picaduras de animales. Además, existe el peligro de perderse en este inmenso desierto.
La socorrista destaca que cada estación presenta desafíos únicos, tanto para los migrantes como para el equipo de rescate, debido a las extremas condiciones climáticas de la región.
Los oasis de esperanza
El principal punto de hidratación es una pequeña capilla improvisada con materiales de desecho, rodeada por un cerco de ocotillo. De acuerdo con Madrigal González, la capilla fue construida por los propios migrantes y es un lugar de oración y refugio espiritual.
Otro punto de encuentro es una tina de lavadora montada en un árbol, donde junto a imágenes religiosas se depositan botellas de agua y suero, ofreciendo un rayo de esperanza en el inclemente desierto. Estos pequeños oasis son un testimonio silencioso de la lucha por la supervivencia y la solidaridad humana.
Con información de: César Barragán/Nubia Uriarte