México y EE.UU. sellan acuerdo histórico en seguridad y comercio
El encuentro entre México y Estados Unidos dejó más que protocolos diplomáticos. En lo que podría marcar un punto de inflexión en la relación bilateral, ambos países acordaron mecanismos de cooperación que van más allá de los discursos; la reunión, celebrada en privado pero cuyos detalles comenzaron a filtrarse horas después, revela una estrategia compartida contra problemas históricos
Un encuentro inédito entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ha generado un nuevo capítulo en la compleja relación bilateral. El tono, según fuentes diplomáticas, fue más colaborativo de lo anticipado, aunque con subyacentes tensiones que permanecen latentes.
- Cooperación antidrogas sin precedentes: Se pactó un intercambio de inteligencia en tiempo real, incluyendo datos sobre finanzas ilícitas y rutas del narcotráfico, con operaciones conjuntas en la frontera.
- Fortalecimiento de la seguridad fronteriza: Se implementarán patrullajes conjuntos y programas de capacitación militar especializados, con un énfasis en la interoperabilidad entre las fuerzas de seguridad de ambos países.
- Revisión estratégica del T-MEC: Se acordó una revisión exhaustiva de 50 puntos conflictivos del tratado comercial, abarcando desde aranceles hasta estándares laborales, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la equidad.
Si bien la declaración oficial minimizó las diferencias, trascendió la preocupación de México por las condiciones laborales de sus ciudadanos en Estados Unidos. Rubio, por su parte, se comprometió a "explorar soluciones" sin ofrecer compromisos concretos inmediatos. La migración, aunque no central en las declaraciones públicas, fue un tema dominante en las conversaciones a puerta cerrada.
El acuerdo incluye un componente de "acciones espejo" en materia de seguridad, con un intercambio recíproco de información sobre lavado de dinero y el flujo de drogas. Esta estrategia busca neutralizar las actividades de los cárteles de forma simultánea en ambos lados de la frontera.
Un aspecto significativo es la adopción de protocolos de Defensa Nacional mexicanos, como el Plan DN-III, como modelo de entrenamiento para las fuerzas estadounidenses. Este intercambio de experiencia representa un paso notable hacia una cooperación más profunda y simétrica.
El resultado de la reunión fue descrito por fuentes cercanas a Sheinbaum como "un primer paso positivo, pero con muchos desafíos por delante". La presidenta mexicana enfatizó la necesidad de una relación basada en el respeto mutuo y la soberanía nacional, dejando claro que el diálogo continuará con firmeza y determinación.