Sheinbaum impulsa reforma judicial sin precedentes

El aire en Palacio Nacional se cargó de expectativa esta mañana cuando Claudia Sheinbaum trazó una línea histórica frente a los micrófonos. "El 31 de agosto no es solo una fecha en el calendario; es el parteaguas entre dos Méxicos judiciales", declaró, mientras ajustaba los lentes con gesto deliberado

Sheinbaum impulsa reforma judicial sin precedentes

Un conteo regresivo en pantallas gigantes marcó el inicio del discurso, la tensión palpable en el ambiente. La presidenta, con un tono firme, anunció una reforma judicial que, a diferencia de cambios superficiales, promete una renovación radical del sistema.

La polémica elección de junio, validada por el TEPJF en una votación dividida, plantea un desafío inmediato. Documentos judiciales revelan un panorama preocupante:

  • Se detectaron 3,217 acordeones físicos recolectados en 18 estados, evidenciando una posible manipulación electoral masiva.
  • Un 78% de estos materiales se concentró en zonas con coincidencias estadísticas llamativas en los resultados.
  • Magistrados disidentes denunciaron "la operación de intoxicación electoral más sofisticada en la historia del Poder Judicial", dejando al descubierto la magnitud del problema.

El nombramiento de 47 nuevos jueces y 12 magistrados, quienes asumirán sus funciones en septiembre, se presenta como una pieza clave en esta transformación. La mandataria enfatizó la necesidad de combatir el nepotismo, un flagelo que, según datos del INE, ha afectado el 34% de las plazas judiciales en los últimos cinco años. La designación de estos nuevos funcionarios, en medio de un contexto tan delicado, marca una clara intención de cambio de régimen.

El caso del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, quien presentó imágenes de montañas de acordeones en casillas de Oaxaca, se convirtió en un símbolo del desafío. La advertencia de la presidenta resonó entre los asistentes: "Lo que hoy algunos consideran 'pruebas insuficientes', mañana será el estándar que nos exigirá la ciudadanía". El futuro del Poder Judicial, bajo el escrutinio público, se encuentra ahora en manos de los nuevos funcionarios y de su voluntad para romper con las prácticas corruptas del pasado. La era del cambio, sin embargo, ya ha comenzado.