Expresidentes iberoamericanos denuncian crisis del Poder Judicial en México

En un giro inesperado, la comunidad internacional ha comenzado a cuestionar la salud de la democracia en México. La preocupación por la situación política en el país ha llevado a varios líderes a "llamar a las cosas por su nombre" y a hablar abiertamente sobre la posible erosión del sistema democrático; aunque los detalles de la situación son complejos, es claro que la inestabilidad política en México ha generado un debate intenso sobre el futuro del país

Expresidentes iberoamericanos denuncian crisis del Poder Judicial en México

La elección de jueces, magistrados y ministros en México ha desatado una ola de críticas internacionales, con más de 20 expresidentes iberoamericanos denunciando un grave quebranto del Estado de derecho. En una contundente carta, figuras como Vicente Fox y Felipe Calderón, junto a Mariano Rajoy, José María Aznar, Andrés Pastrana e Iván Duque, entre otros, acusan al gobierno mexicano de socavar la independencia judicial y la democracia misma.

La baja participación ciudadana, inferior al 13%, ha puesto en entredicho la legitimidad del proceso. Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum defiende la elección como un avance democrático, los expresidentes la califican como un mecanismo amañado, diseñado para evitar una selección imparcial. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha coincidido con estas preocupaciones, recomendando evitar la replicación de este modelo electoral por su potencial para debilitar la justicia.

La polémica reforma constitucional impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, y respaldada por Sheinbaum, buscaba "limpiar" el Poder Judicial. Sin embargo, para los críticos, el resultado ha sido una profunda crisis institucional. Esta reforma, implementada en septiembre pasado, ha generado una gran inestabilidad política en el país y ha encendido un intenso debate sobre el futuro del sistema democrático mexicano.

Las objeciones de los expresidentes se centran en:

  • La ínfima participación ciudadana, reflejando una falta de legitimidad democrática.
  • El complejo y opaco proceso de selección, que dificultó la elección de candidatos idóneos e independientes.
  • El riesgo de una justicia sesgada y dependiente del poder político, comprometiendo el Estado de derecho.

El futuro de la democracia en México pende de un hilo. La respuesta del gobierno a estas fuertes críticas internacionales y la capacidad de la sociedad civil para exigir un sistema judicial independiente serán cruciales para determinar si el país se encamina hacia una consolidación o una erosión de sus instituciones democráticas. La situación exige una reflexión profunda sobre la importancia de la transparencia, la participación ciudadana y la independencia judicial para la estabilidad y el progreso de cualquier nación. El camino hacia la resolución de esta crisis requerirá diálogo, compromiso y una firme voluntad política para defender los principios democráticos.