Sheinbaum defiende estrategia gubernamental contra plaga del gusano barrenador
México enfrenta un nuevo desafío en el sector agropecuario, uno que impacta directamente la economía y las relaciones comerciales internacionales; la situación requiere una respuesta coordinada y eficiente, exigiendo una colaboración estrecha entre diferentes instancias gubernamentales
Estados Unidos cierra temporalmente la importación de ganado mexicano por un brote del gusano barrenador, generando una fuerte controversia y tensión entre ambos países. La medida, que durará 15 días, ha sido calificada como "injusta" por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
La funcionaria, en declaraciones durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, destacó el trabajo conjunto que México ha realizado desde que se detectó el brote del gusano barrenador. "No compartimos esta decisión. El Gobierno de México ha estado comprometido desde el inicio en la erradicación de la plaga," afirmó Sheinbaum, haciendo hincapié en las acciones implementadas por el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué.
Berdegué, a través de su cuenta de X, expresó su desacuerdo con la decisión estadounidense, asegurando que se trabaja para solucionar la situación rápidamente. "Confiamos en alcanzar un acuerdo pronto. Seguiré informando," publicó el Secretario, quien recibió la notificación de la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, en una llamada telefónica. La comunicación oficial, sin embargo, no especificó las razones que llevaron a este cierre repentino, a pesar de los acuerdos previos entre ambas naciones.
La decisión de Estados Unidos contrasta con los recientes acuerdos bilaterales para combatir el gusano barrenador. A finales de abril, México anunció el éxito en la aplicación de medidas para controlar la plaga, y el 8 de mayo se reforzó la colaboración con la reapertura de algunos cruces fronterizos para el ganado, la instalación de una planta para producir moscas estériles y el intercambio de información. Esta aparente incongruencia ha generado incertidumbre sobre el futuro de las exportaciones ganaderas mexicanas a Estados Unidos.
El antecedente de una advertencia estadounidense sobre la posible suspensión de importaciones si México no permitía operaciones aéreas para combatir el insecto, añade complejidad a la situación. El impacto a largo plazo en la industria ganadera mexicana dependerá de la resolución rápida y efectiva de esta controversia y la transparencia de las negociaciones entre ambos gobiernos. La expectativa es que, en los próximos días, se clarifique la situación y se ofrezca una solución viable para evitar mayores daños.