México exige repatriación de 14 detenidos en “Alligator Alcatraz”, el nuevo centro migratorio de Florida
Mientras el sol apenas despuntaba en la Ciudad de México, la mañana del 22 de julio trajo consigo una revelación que encendió los reflectores sobre un tema que lleva meses generando tensiones diplomáticas. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, confirmó lo que hasta ahora eran solo rumores en corredores políticos: la existencia de un nuevo centro de detención migratoria en suelo estadounidense con características que parecen sacadas de una distopía
Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum denunció con firmeza que 14 mexicanos están recluidos en un controvertido centro de detención migratoria en Florida, conocido informalmente como “Alligator Alcatraz”. El apodo, mezcla del nombre de la famosa prisión en San Francisco y la presencia de caimanes en la zona, refleja el ambiente hostil que rodea al complejo.
Este centro fue construido en apenas dos semanas sobre una pista abandonada del aeropuerto de Miami. Con capacidad para albergar hasta 5,000 personas, comenzó a operar a principios de julio como parte de la nueva estrategia migratoria impulsada por la administración Trump en su segundo mandato.
Sheinbaum informó que ya se envió una nota diplomática exigiendo la repatriación inmediata de los connacionales y pidió a los consulados investigar posibles abusos. “No permitiremos que se criminalice a nuestros migrantes”, declaró la mandataria, reiterando su rechazo a las medidas punitivas contra quienes buscan mejores oportunidades.
Las cifras reflejan un endurecimiento en la política: más de 67,000 mexicanos han sido deportados desde enero de 2024. Sin embargo, este caso ha despertado especial preocupación debido a las condiciones extremas del lugar, denunciadas en redes sociales donde circulan imágenes de celdas improvisadas bajo el abrasador sol de Florida.
Mientras el canciller Marcelo Ebrard organiza una respuesta legal desde Washington, familiares de los detenidos claman por respuestas. María González, madre de una joven arrestada tras cruzar la frontera, resume el sentir general: “Ella solo quería trabajar. No merece ese trato inhumano”.
A cientos de kilómetros de distancia, en los pantanos que rodean el centro, los caimanes se mantienen al margen. Pero el caso, lejos de pasar desapercibido, podría marcar un punto de inflexión en la relación migratoria entre México y Estados Unidos.
