Trump revela plan de 92 mil mdd para IA y energía

El escenario industrial de Pennsylvania se convirtió en el epicentro de un anuncio que podría redefinir el futuro tecnológico de Estados Unidos; entre discursos de líderes empresariales y el murmullo de expectativas, la administración Trump desveló un paquete económico sin precedentes que mezcla inteligencia artificial, energía e infraestructura en una sola apuesta

Trump revela plan de 92 mil mdd para IA y energía

El anuncio sorprendió al mundo: un ambicioso plan para dominar la inteligencia artificial, con una inversión sin precedentes. La apuesta supera los 92 mil millones de dólares, una cifra que eclipsa los presupuestos anuales de varias naciones latinoamericanas. La confirmación oficial llegó en medio de un evento discreto, con un asesor presidencial limitándose a decir: "Estamos construyendo el futuro, no solo participando en él."

El corazón del megaproyecto:

  • Modernización de la red eléctrica nacional, con una inversión de 15 mil millones, para alimentar los centros de datos de IA.
  • Doce laboratorios nacionales recibirán una inyección directa de capital para investigación en algoritmos cuánticos.
  • Se ofrecerán generosos subsidios a empresas estadounidenses que desarrollen chips neuromórficos, incentivando la producción nacional.

Ruth Porat, la CFO de Alphabet, fue más explícita: "No es gasto, es la siembra para la cosecha del próximo Silicon Valley. Estamos hablando de una revolución." Sus palabras se alinean con los planes de Google de triplicar su campus de investigación en Pittsburgh, enfocado en el desarrollo de vehículos autónomos.

La industria energética también juega un papel clave. Brian Tierney, CEO de FirstEnergy, anunció la construcción de tres nuevas subestaciones inteligentes, con capacidad para alimentar inmensas granjas de servidores las 24 horas del día, los 7 días de la semana. "Cada megawatt estará certificado con blockchain para garantizar transparencia y eficiencia energética," aseguró, mostrando planos de turbinas eólicas de última generación.

Expertos analistas interpretan este movimiento como una respuesta directa a los avances de China en computación cognitiva, especialmente tras el anuncio del fondo soberano chino para IA el mes pasado. La batalla tecnológica ha transcendido las guerras arancelarias y se ha trasladado al ámbito de la investigación fundamental.

En el corredor industrial entre Harrisburg y Filadelfia, el "proyecto Fénix", una red de supercomputadoras con una capacidad de procesamiento asombrosa, ya está tomando forma. Se proyectan 6,000 empleos directos, aunque las autoridades evitan mencionar los altos requisitos técnicos que podrían dejar fuera a una gran parte de la población.

El Departamento de Comercio ha revelado que el 40% de los fondos se destinarán a startups con menos de 18 meses de vida, siempre que demuestren poseer patentes en machine learning. Esta decisión ha generado controversia, con universidades argumentando que la investigación básica es su dominio.

El futuro de la inteligencia artificial, y quizás el futuro de la economía global, se está definiendo en los laboratorios y centros de datos de Estados Unidos. La carrera por la supremacía tecnológica ha comenzado, y las apuestas son extremadamente altas.