Ataque israelí en Gaza mata a fieles en iglesia, incluyendo sacerdote argentino
El silencio en la Franja de Gaza se rompió una vez más, pero esta vez el estruendo llegó hasta el corazón de la comunidad cristiana; un nuevo capítulo de violencia se escribió este jueves con sangre y escombros, justo donde muchos buscaban refugio
El olor a pólvora aún persiste en el aire de Gaza, mezclándose con el incienso de las velas que iluminan la devastada Iglesia de la Sagrada Familia. La comunidad católica, la más pequeña de Medio Oriente, llora la pérdida de al menos cuatro vidas y siete heridos tras un nuevo bombardeo israelí, según confirmó Zaher al Waheidi, director de la Unidad de Sanidad en Gaza.
Entre las víctimas fatales se encuentra el párroco argentino Gabriel Romanelli, quien mantenía un contacto frecuente con el papa Francisco. Inicialmente, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, reportó dos muertos y seis heridos, pero el número de víctimas aumentó a lo largo del día.
Las autoridades israelíes aún no han emitido una declaración oficial, limitándose a indicar que "revisan los hechos". Este ataque, sin embargo, no es el primero contra la parroquia; en diciembre de 2023, un francotirador israelí asesinó a una madre y su hija en el mismo lugar.
La Sagrada Familia, refugio de 500 desplazados cristianos, se había convertido en un símbolo de resistencia y esperanza en medio del conflicto. Ahora, sus muros dañados reflejan la brutalidad de la violencia y el dolor de una comunidad desolada.
Desde el Vaticano, el papa León XIV manifestó su profunda tristeza y reiteró su llamado a un alto al fuego inmediato en un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin. El mensaje papal incluyó oraciones por las víctimas y una petición por la pronta recuperación de los heridos.
La comunidad católica de Gaza, golpeada una vez más por la tragedia, se enfrenta a un futuro incierto, mientras intenta reconstruir su templo y sanar las heridas dejadas por la guerra. El silencio roto solo por el lamento y la incertidumbre, es un reflejo del sufrimiento de un pueblo sometido a la violencia.