Gomita revela su transformación física y confirma 15 intervenciones estéticas
No era un anuncio. Era una declaración. Catorce cirugías. Una sola frase: “Ya no me odiaré”. No pide que entiendas. Pide que respetes. Tu cuerpo no es un error. Es tu historia. Y ya es suficiente.
La imagen circuló como fuego en las redes: una silueta definida, un body negro que abraza cada curva, zapatillas negras que parecen no tocar el suelo, y esa frase escrita con calma, como si lo supiera desde siempre: “No hay nada más sexy que la confianza”. No era un anuncio. No era un filtro. Era Gomita —sin maquillaje pesado, sin poses forzadas— mirando directo a la cámara, como si le hablara a la chica que se mira al espejo y duda si vale la pena seguir intentando.
Lo que muchos no vieron al principio fue el peso detrás de esa imagen. Detrás de ese look minimalista, de ese cabello suelto que parece haberse dejado crecer sin cuidados artificiales, hay 15 cirugías. No fue un viaje de moda ni de tendencia. Fue un camino de reconstrucción: desde el dolor físico hasta el silencio emocional que acompaña a quienes deciden cambiar su cuerpo para sentirse, por fin, en casa en él.
Las reacciones no se hicieron esperar. Cientos de mujeres escribieron: “Gracias por decirlo en voz alta”, “Yo también he pasado por eso”, “No sabes cuánto me ayudaste hoy”. Pero también hubo quienes dudaron: “¿Cómo puedes decir eso si te operaste tanto?”, “Eso no es natural”, “¿No estás enviando un mensaje dañino?”. Las críticas vinieron con la misma intensidad que los aplausos —y en ambas, se escuchaba lo mismo: una sociedad que aún no sabe cómo hablar del cuerpo femenino sin juzgarlo.
Gomita respondió al ruido con una sola publicación: una foto de su mano apoyada sobre su abdomen, sin texto, solo una etiqueta: #ConfianzaNoEsEstética. En los comentarios, aclaró: “No les pido que entiendan. Les pido que respeten. Mi cuerpo no es un error que necesite corrección. Es mi historia escrita en cicatrices, inyecciones y horas de recuperación. No lo hice por ellos. Lo hice para dejar de odiarme”.
Esta no es la primera vez que su nombre aparece en titulares. Antes fue por su intento de maternidad con inseminación artificial, luego por el audio de Gala Montes que se volvió viral sin su permiso. Pero esta vez, no habló de polémicas. Habló de supervivencia. Y en la frontera, donde el cuerpo se negocia todos los días —entre lo que se ve en TikTok y lo que se vive en la clínica de Tijuana, entre lo que exige Hollywood y lo que exige la propia piel—, su mensaje resonó como un susurro que se volvió grito: “No necesitas ser perfecta para ser digna. Solo necesitas decidir que ya lo eres”.