Sydney Sweeney y el futuro de 007: ¿Listo para tomar el relevo?

Sydney Sweeney, de 28 años, no pidió estar en el centro del ring, pero ahí está. En una entrevista para Variety, la actriz que ha tejiendo su nombre entre suspenso psicológico y culto de culto, soltó una frase que no solo resonó en los pasillos de MGM, sino que también despertó murmullos en las calles de Tijuana, Ciudad Juárez y El Paso: no quiere ser la chica del agente 007. Quiere ser el agente. Y no lo dice con entusiasmo de redes sociales, ni con el tono de quien busca viralidad. Lo dice con la calma de quien ha visto cómo las mujeres en las películas de acción siempre terminan en el suelo, o en los brazos de alguien más.

Sydney Sweeney y el futuro de 007: ¿Listo para tomar el relevo?

La franquicia, que ha mantenido por más de sesenta años el mismo ritual —hombre blanco, traje hecho a medida, vodka agitado no revuelto— ahora se enfrenta a algo más grande que un cambio de rostro: a la pregunta de si su esencia está en el hombre, o en el mito. Mientras algunos veteranos como Helen Mirren insisten en que “Bond no puede ser mujer”, otros, como Daniel Craig, no se quedan en el género: “¿Por qué una mujer tiene que ser Bond para ser poderosa? ¿Por qué no puede ser algo totalmente distinto, igual de peligroso, igual de inteligente, pero sin tener que copiar el mismo molde?”.

El debate no es nuevo, pero sí ha dejado de ser un susurro en festivales de cine para convertirse en un grito en las pantallas de los celulares. En 2025, ya no se trata solo de quién lleva el traje, sino de quién lo rompe. ¿Es el hombre solitario con licencia para matar el único héroe que el mundo necesita? ¿O es hora de que el agente secreto tenga una cicatriz diferente, un acento distinto, una historia que no empieza con un hombre mirando al espejo?

Entre los nombres que han circulado —Theo James, Henry Cavill, Dev Patel, Idris Elba— hay una ausencia que no pasa desapercibida: ninguna mujer ha sido nombrada oficialmente. Pero mientras los estudios se quedan callados, los fans ya están reescribiendo la historia. Videos en TikTok muestran a actrices mexicanas y estadounidenses interpretando escenas clásicas con tacones, pistola y mirada de quien no necesita permiso. Memes comparan a Sweeney con Connery en la misma pose, pero con el cabello mojado por la lluvia de Monterrey y una sonrisa que dice: “Ya no soy la víctima”. Y una pregunta, sencilla y brutal, se repite en foros y en las colas de las taquillas: si el personaje es invención, ¿por qué su género es leyenda?

Lo que empezó como un comentario en una entrevista se convirtió en una conversación que cruzó la frontera. En Tijuana, una joven de 19 años le dijo a su mamá: “Si él puede ser Bond, ¿por qué yo no?”. En Ciudad Juárez, un grupo de estudiantes hizo un corto con una actriz local como la nueva 007, con un coche de segunda mano y una pistola de juguete. Y en El Paso, un bar donde se ven películas de James Bond cada viernes ya tiene una carta de “Bondesas” en la pared, con fotos de Sweeney, Ana de Armas y hasta una de la actriz de *La Casa de Papel* con un sombrero de vaquero.

Sweeney no buscó ser la voz de un movimiento. Pero cuando habla, las mujeres que han pasado años siendo el apoyo, la amante, la víctima, la muerta en la escena uno, se sienten vistas. Ella no es la primera en decirlo. Pero sí es la primera en decirlo sin pedir disculpas. Sin sonreír para suavizarlo. Sin hacerlo un chiste. Con la misma seriedad con la que un soldado carga su arma. Porque ya no quiere ser la chica que miran. Quiere ser la que se mueve. La que toma decisiones. La que aprieta el gatillo.