Dua Lipa se separa de su representante tras desacuerdo político en Glastonbury

Detrás de los reflectores y las giras mundiales, los conflictos entre artistas y sus equipos suelen permanecer entre bambalinas. Pero cuando las convicciones políticas chocan con los intereses profesionales, incluso las estrellas más consolidadas toman decisiones radicales

Dua Lipa se separa de su representante tras desacuerdo político en Glastonbury

Un correo electrónico filtrado ha desatado una tormenta en la industria musical. David Levy, representante de la superestrella Dua Lipa en la agencia WME, es señalado por intentar sabotear la actuación de la banda irlandesa Kneecap en el festival Glastonbury. Fuentes cercanas a Lipa confirman la ruptura de su relación profesional con Levy, considerando sus acciones como una muestra de apoyo al conflicto en Gaza.

El polémico correo, obtenido por un empleado de Glastonbury y filtrado a la prensa, reveló una campaña de Levy para eliminar a Kneecap del cartel. Sus argumentos, según el correo, incluían:

  • La supuesta alineación ideológica de Kneecap con Hamás.
  • Letras consideradas "provocativas" y "incendiarias" sobre el conflicto israelo-palestino.
  • Violaciones a las políticas de neutralidad política del festival.

A pesar de los intentos de Levy, Kneecap se presentó en Worthy Farm. La actuación generó denuncias ante Scotland Yard por "apología al terrorismo", pero la policía archivó el caso por falta de pruebas. Este incidente expone la compleja relación entre la política y la industria musical, y plantea interrogantes sobre el papel de los representantes en las decisiones políticas de sus artistas.

La controversia llega en un momento en que Lipa ha demostrado una postura política clara. En 2023, la cantante firmó una carta abierta junto a otras celebridades, exigiendo a la administración Biden:

  • Un cese al fuego inmediato en Gaza.
  • La liberación de rehenes.
  • El fin del bloqueo humanitario a Gaza.

Mientras algunos artistas prefieren mantener la neutralidad ante el conflicto israelo-palestino, otros como Lipa usan su influencia para expresar sus opiniones. El caso de Levy y Kneecap deja una interrogante fundamental: ¿Deben los representantes asumir la responsabilidad de las opiniones políticas de sus clientes, incluso hasta el punto de interferir en sus actuaciones? La respuesta, aparentemente, sigue siendo un tema de debate en la industria.